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octubre 31, 2004

Los automóviles eléctricos no contaminan ni hacen ruido y trabajan con baterías como los de juguetes.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 31 de Octubre de 1985

El carro eléctrico diseñado hace ochenta y siete años por el inventor Jeantaud, no habría hecho vaticinar los autos experimentales que en el Turquestán, emplean la luz del sol como combustible. (Rep. Dimas)

No es nuevo el empeño de encontrar un carro, que como los de juguetes, se mueva por pilas que le cedan su energía química convertida en energía eléctrica. Estas pilas tiene mucho peso en relación con el de carrito y son ruinosas para los padres de los niños, por el dinero que se gasta para reemplazarlas cuando se agotan. Pues bien, estas dos contrariedades están entre las que siguen limitando los ensayos de japoneses, norteamericanos, soviéticos y europeos occidentales por desarrollar el automóvil del futuro. Además, las baterías deben ser recargadas varias veces según el viaje, por lo cual sería interminable el traslado entre Caracas y Maracaibo, por ejemplo. Los ensayos continúan en pos de esta conquista, fundamental para el mañana.

¿por qué? Porque los hidrocarburos, única energía viable y rentable para los transportes modernos de aire, mar y tierra, se acabarán dentro de siglo y medio, y porque el hidrógeno como combustible, conserva en las unidades rodantes en que se le ha experimentado, la inflamabilidad que causara la tragedia del dirigible Hinderburg en 1937. El auto eléctrico tiene virtudes de las que carece del que ahora usamos, pues no envenena el aire, le saca más rendimiento a su energía, es menor su costo de mantenimiento y puede funcionar sin caja de cambio, sin el árbol del cardán y sin el diferencial trasero. Dentro de ellos, en una carretera solitaria, usted oiría en el reproductor estereofónico su música predilecta sin la interferencia del rugido mecánico, ya que este motor es tan silencioso como el de una nevera.

El artefacto precedió al que nos satura las vías respiratorias y auditivas, pues el primer modelo, que hacía breves recorridos de diez Kilómetros por hora, fue presentado en la exposición mundial de Berlín, hace ahora ciento quince años. Otros tipos más avanzados fueron exhibidos en París destacándose el de Pouchain en 1894, el de Jeantaud en 1898, y sobre todo el de Jenatzy que marchó durante unos pocos minutos a ciento cinco kilómetros por hora, una velocidad meteórica que hasta entonces sólo había sido vista en el vuelo de las águilas.


Los autobuses eléctrico de la fábrica de Volga de la unión soviética se usan ya en ciudades medianas y en el transito ligero en ese país. (Rep. Dimas)


En esa época, como en la nuestra, el ingenio humano fue obstaculizado por el hecho de que los electrones de la electricidad se dispersan con la rapidez del rayo, si intentáramos almacenarla para usarla después. En los acumuladores, igual que las hojas de las plantas, la energía está depositada en forma química que se convierte en voltios a la hora de emplearla. Ahora bien, para acumular los materiales de esa energía química en las cantidades en que las demanda un vehículo hay que usar recipientes cuyo peso puede equivaler a una tonelada como pasa en el modelo inglés que llega a los tres mil kilos. Este es un problema que sigue acomplejando al cerebro humano.

Los Estados Unidos, Francia, Alemania Occidental, la URSS y el Japón redoblaran las inversiones en ciencia, técnica y financiamiento desde la década pasada, en una carrera por obtener modelos utilizables en distancias cortas dentro del las ciudades a un costo que es menor de los veinte mil dólares que en promedio gastan por unidad. Los Japoneses se proponen disminuir a la mitad las dificultades de este proyecto y el precio de cada carro, para producir un mínimo de cincuenta mil por año y convertirse en los pioneros de este campo tan renovador de la industria automotriz. Como se sabe las pilas tienen por dentro unos electrodos, que al cargarse uno positivamente y uno negativamente por la solución química en que están, dan una electricidad igual a la que nos llega a nuestras casas por los dos cables.

El modelo Japonés se llama Daihatsu Kogyo, pesa 1.100 kilos y cubre con cada carga ciento diez kilómetros por hora. El ruso es el RAF-2210, un microbús que alcanza a velocidad moderada distancias de ciento cincuenta kilómetros. Al igual que sus similares en los Estados Unidos, funcionan con electrodos que se cargan con hidrógeno el positivo y con oxígeno el negativo. Cada reemplazo de las bombonas vacías por las llenas toma un lapso de 15 minutos. Por cierto, que esta electricidad se obtiene de la reacción en que los dos gases se combinan para producir agua. El procedimiento es frecuente en los viajes a la órbita terrestre, porque da electricidad para la máquina, y agua para los tripulantes.

octubre 30, 2004

El gran químico Davy fue un poeta que pudo estar entre los precursores del romanticismo Inglés.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 30 de Octubre de 1980


Davy creo la medalla que llenaba su nombre y que en el siglo pasado era equivalente al Nóbel que se da hoy a los grandes investigadores de la ciencia (reproducción estrella).


Antes de anclarse en las aguas promisorias de la química, a la que debe su gloria, Humphry Davy anduvo por los caminos de las matemáticas el humanismo y la poesía. Si la hubiera cultivado con pasión, quizás lo recordáramos hoy, al lado de esos precursores del romanticismo inglés que fueron Wordsworth y Coleridge, cuya “Balada Lírica” está entre las más hermosas descripciones de la naturaleza y de las gentes. Ellos fueron amigos de Davy, quien había nacido en 1778, en posesión de un ingenio con las más diversas y sobresalientes manifestaciones. A los veintidós años lograba el primero de sus descubrimientos: un gas que hacía sollozar o reír a las personas que lo inhalaban. Se trataba del óxido nitroso (N2O) denominado también gas hilarante.

Así aportaba a la cirugía un anestésico que todavía se usa en nuestro tiempo. Se interesó en el calor porque residía en una ciudad donde estaban de moda las maquinas de vapor de James Watt aunque había asimilado las enseñanzas del gran Lavoissier, estaba inconforme con la teoría del flogisto aceptada por el francés. Supuso con acierto que el calor era producido por el movimiento. Para demostrarlo frotaba dos pedazos de hielo en el vacío hasta licuarlos. Además ya se sabía que los primitivos encendían fuego mediante un roce acelerado d dos trozos de madera. El calor, según se aclararía después, se originaba en la medida en que las moléculas de un gas, disgregan velozmente ocasionando múltiples choques entre sí.

Hizo experimentos para demostrar que en determinadas condiciones, los metales podían aumentar de peso en presencia de aire. En efecto, los pesaba en su estado natural y después que estaban oxidados. Es obvio que los microgramos que así ganaban, se debían a las porciones de oxígeno con que se habían impregnado. Por esta vía dedujo la existencia de otros elementos aún desconocidos, disfrazados entre las capas de gases que pudieran cubrirlos. Hizo lo necesario para separar los componentes de la potasa y de la sosa. Comprobó que la razón le asistía al obtener otros dos metales que nadie había identificado: el potasio y el sodio.

Reiterando sus procedimientos aisló también el estroncio, el bario, el calcio y el magnesio. Ningún investigador había enriquecido tanto la tabla en que están los constituyentes de la materia, que más tarde sería reconocida como la de Mendeleiev. En 1806 Napoleón que estaba en guerra con los británicos, le otorgó a Davy sin reparar en que era inglés, un premio de tres mil francos, una inmensa fortuna para la época. El químico atravesó el Canal de la Mancha para recibir la distinción, aduciendo que los conflictos podían surgir entre los imperios pero jamás entre los científicos que eran gente de paz.

En 1811 estaba inválido y medio ciego por efecto de las inesperadas explosiones durante sus ensayos y a la inhalación de sustancias nocivas mientras los hacía. Sin embargo, siguió adelante. En 1813 publicada el primer libro que hubo en el mundo sobre la aplicación de los compuestos químicos para el mejoramiento de las cosechas agrícolas. En 1814 inventó un instrumento que acabó con los accidentes mortales que ocurrían en las minas de carbón, cuando el grisú inflamado por alguna chispa estallada causando derrumbes que sepultaban a los trabajadores.

Davy diseñó la lámpara que lleva su nombre, en que la llama está rodeada de una malla metálica que deja pasar el oxígeno a su interior, pero que enfría los gases, restándole la peligrosidad que tendrían en contacto con el aire en el exterior. Los mineros lo declaran héroe nacional y le tributaron múltiples honores por el más humano de sus inventos. Sus trabajos con la electricidad culminaron cuando construyó una pila con dos mil láminas. De está obtenía el voltaje para una lámpara de arco en la cual una chispa entre los dos polos separados, sirve para iluminar. Está idea sólo por Edison. Davy murió en 1829 después de renunciar, a causa de un ataque de apoplejía, a la presidencia de la Royal Society de Londres que tantos homenajes le rindiera

A pesar de su color ambarino de su sabor a agua de mar la linfa es la otra cara de la sangre y como ella, se coagula al aire libre.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 30 de Octubre de 1981


Aquí podemos apreciar el sistema linfático del cuerpo humano, que tiene cierta autonomía a pesar de su estrecha vinculación con el sistema circulatorio (Rep. Estrella).

En la octava década del siglo pasado los filósofos seguían intrigados, por la forma en que la sangre espesa, penetraba por interticios ultramicroscópicos para alimentar y oxigenar a las células, al mismo tiempo que retiraba sus desechos. Esto era como sí un río turbulento se encauzara por pequeños tubos a través de los cuales pasarán junto con el agua, grandes piedras. El fenómeno les aturdía por lo inexplicable. Correspondió al bioquímico inglés Ernest Starling desentrañar el aparente enigma. La sangre como se sabe desplaza inicialmente por las arterias principales, sigue por las menores, continúa por las arteriolas y desemboca en los vasos capilares, por los cuales volverá a las vénulas, venas menores, venas principales y a los pulmones para oxigenarse.

Esto se sabía pero ¿ cono hacían sus grandes moléculas para atravesar cavidades con un diámetro muchas veces menor? Starling identifico un líquido con sabor de agua marina que dañaba a las células. Al examinarlo se descubrió que tenía los mismos componentes de la sangre aunque muy reducidos de tamaño. Tal suspensión acuosa que hoy llamamos linfa estaba cargada de pequeñas moléculas de azúcar, de aminoácidos, de grasas de sales, de urea, de ácido úrico y otros compuestos. Se trataba de algo así como la hermanita menor de rojo fluido. Este al dejar los vasos capilares asumía la identidad de la linfa.

Se supo que está después de operar fuera del mismo por dos centros situados en las vecindades del tórax. Este hecho también misterioso, por que se podía comparar con las aguas de un acueducto, que después de desparramarse volvieran por su cuenta a las respectivas red. Arduas investigaciones permitieron establecer la existencia de unos vasitos supernumerarios: se trataba de los vasos linfáticos por donde la linfa retorna a los dominios del corazón y recupera el aspecto escarlata de la sangre, por que se le incorporan los glóbulos rojos de que ella carece. Otros problema desafiaba la imaginación de los científicos: ¿ Qué la impulsaba, puesto que el corazón no podía hacerlo?.

Otros hallazgos arrojaron más luz en estos parajes de lo desconocido en el cuerpo humano. Se encontró que entre los tejidos está la llamada presión tisular. En la comedia de su intensidad, produce mayor o menor cantidad de linfa. Se aclaró también que nuestros movimientos crean la denominada bomba enfática, que en cada intersticio empuja al expresado líquido haciéndolo entrar por los vasos linfáticos. En el diseño de estos comprobamos una vez más de la naturaleza tiene en el modelo de la materia viva en el moldeo de la materia viva infinitesimal. En efecto, los vasos linfáticos, no obstante ser microscópico tienen válvulas que se abren para dejar la linfa y que se cierran para facilitar su camino hacia las venas.

Este trayecto es larguísimo y se suma al recorrido total de la sangre en nuestro organismo, que se aproxima a los cien mil kilómetros, pues si bien es reducida la longitud de las anchas avenidas que son las arterias, la de los caminitos de hormigas y otros más mínimos cubrirían dos veces y media la circunferencia de la tierra. La linfa se coagula también al aire libre y en su cargamento lleva pasajeros vivos, representados por las células linfáticas, es decir, leucocitos y linfáticos. Esto por cierto son capaces de reconocer como amigas a las diferentes células del cuerpo, aunque no las hayan visto nunca.

Por esa razón, la notable agresividad que los caracterizan, la dirigen sólo contra los microbios. Olvidaba informar que a veces la linfa acarrea toxinas de bacterias que podrían ser dañinas en grado extremo para la vida. A sabiendas de esto, ellas depositan esos materiales indeseables en los ganglios linfáticos, que se encargarán de eliminarlos para no crearles problemas al torrente sanguíneo. Sí los movimientos corporales comunican la energía con que funciona la expresada bomba linfática, ello vendría a robustecer la importancia del ejercicio físico para una buena salud. He aquí un argumento que le regalo a los predicadores de está orientación, mis amigos Pedro Penzini Fleury y Angel Gracía Rodrigo.

Tocó a Lise Meitner probar la verdad de la fisión y bautizarla antes de enviarle el modo de hacerla a Einstein.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 30 de Octubre de 1985


Así se concibió la fisión nuclear inicialmente. Hoy se estima que el estallido de un kilo de ese metal, genera una gran variedad de elementos, incluso los transuránicos. (Rep. Trujillo)

La noche del 11 de marzo de 1938 fue de espanto para los austriacos, por que entonces irrumpieron presagiosas tropas del tercer Reich. Lisa Meitner (1878-1968), debió huir por judía casi de inmediato, del instituto Emperador Guillermo, de Berlín, donde ocupara la jefatura del departamento de Física Nuclear. A sabiendas de que ya no le valía de nada su nacionalidad austriaca, y del riesgo inminente de un campo de concentración, se había marchado con el pretexto de que iba a tomar unas vacaciones en Holanda. Así se lo dijo incluso a su coetáneo y colega Otto Hahn, con quien había trabajado durante más de treinta años, compartiendo hallazgos como el del protactinio y la medición de las radiaciones beta y gamma despedidas por átomos inestables.

Había sido una niña tímida, quizá por su escaso contacto con las otras de su edad y por afición a permanecer solitaria durante horas en la nutrida biblioteca de su padre, un abogado de sólida cultura. A los veinte años ella, que a sus estudios formales de ciencia añadía los que hacia por su cuenta, soñaba con ser como Madame Curie, quien asombraba a Europa al mostrar una imagen de la materia autoniquillándose, que hasta esa época resultaba inconcebible, Lisa convenció a su padre de que la enviara a Viena, donde su genio sería equipado para los quehaceres de la alta creatividad por Max Planck, el autor de la teoría de que la energía se propaga en paqueticos llamados cuantos.

En 1907 se asoció con el físico Otto Hahn, un año menor que ella. Ambos siguieron la fascinante ruta de la radiactividad. A través de la del torio y la del radio advirtieron la transmutación de estos elementos en otros de menor peso. Ella perfeccionó igual que los grandes físicos y químicos de antes y después de la primera guerra mundial, su dominio del núcleo atómico, cuya cohesión era vista como la de la gota de agua, formada por la estrecha unión de sus moléculas. Era demasiado temprano para percibir las fuerzas que allí se encierran, pero todos estaban pendientes de comprobar la verdad de la fórmula de Einstein: E = m c2.

Es inexplicable que no se le diera a Lise Meitner, a pesar de su aporte al hallazgo de la fisión nuclear, el premio Nobel otorgado sólo a Otto Hahn en 1944. ¿Sería por medio de los nazis? (Rep. Trujillo)


En 1934, Lisa estaba de acuerdo con la química Ida Noddack, en que Fermi no había logrado el uranio X, que el creyera obtener al dispararle un neutrón al gran racimo de bolitas que hay en un átomo de Uranio. De allí, objetaban, se han desprendido pedazos de átomos pero no átomos nuevos. Irene Curie diría que se alcanzaban otros elementos pero todos conocidos. Lisa junto con Otto Hahn y Frtz Strassmann, trabajo arduamente para despejar el enigma. Cuando se vio forzada a escapar, había recorrido el largo camino que la condujera al borde de capacidad para romper el átomo.

Se hallaba en Copenhague con su sobrino, el físico Otto Frisch, en octubre de 1938, recibió una carta en la que Hahn le explicaba que al bombardear el uranio con neutrones lentos creía haberlo dividido en átomos como el bario y otros. Lisa reitero con Fritz el experimento de su viejo amigo e infirió que sin lugar a dudas había sido lograda lo que ella bautizó con el nombre de fisión . dedujo que el átomo de Uranio ante el impacto del neutrón modificada su estructura estrechándose por la mitad hasta parecerse a un 8 en tres dimensiones. Cuando finalmente se segmentaba en dos, daba lugar a átomos de bario 140 y de criptón 90. Luego de hacérselo saber a Hahn, ella publicó el trabajo en enero de 1939 en la revista inglesa Nature.

Quiso la providencia que los nazis desdeñaran el hallazgo, cuyo proceso seria entregado por Lisa a Niels Bohr, el Noble danés, para que los llevara a Einstein. En un sobre aparte iba la información la pasmosa energía de doscientos millones de electrón voltios. así se confirmaba el principio de que la materia es energía, pues una ínfima cantidad de ella se aniquilaba durante la desintegración. Lisa ha sido junto con Marie Curie las únicas mujeres que han ingresado en la academia de ciencias de Suecia. En 1945, elogiada por Eleonor Roosevelt, viuda de difunto presidente de los Estados Unidos, la genial investigadora expresó con nostalgia un llamado para que las fuerzas nucleares fueran convertidas en un recurso bienaventurado para la humanidad de todos los tiempos.

Las plantas carnívoras podrían digerir un bisteck pero lo que más le apetece son las proteínas de los insectos.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 30 de Octubre de 1986

El jarrón de una planta nepente siempre estará lleno de agua y cuando en ella caiga una desdichada alimaña, la tapa cerrará la entrada para impedir todo escape (Rep. Ramón García)

Recuerdo que en las películas de Trazan aparecían plantas poseedoras de tentáculos más largos que los de los pulpos, con los cuales aprisionaban sólo a los negros para comérselos ¡qué casualidad que jamás se metieran con los blancos y mucho menos con el protagonista¡ La fábula de plantas con esas características aparece también en cuentos infantiles y tengo entendido que en las truculencias de la televisión. Sin embargo hay seres vegetales competentes para digerir un bistec, sí se lo proporcionáramos en minúsculos trozos durante varios días. El primero en hacer este experimento fue Carlos Darwin, al observar que una matica vivaz y de blancas florecillas, no era tan inocente como parecía, por su modo de ganarse las proteínas de su dieta.

La encontró en una zona pantanosa y tropical, pero habría localizado parientes en ella en un hábitat similar de Norteamérica. Se trataba de la Drosera Rotundifolia, que como los restantes miembros de su familia, exhibía diamantinas gotas cuya función estaba lejos de ser un adorno. Por está peculiaridad, una de sus especies es llamada Roció del sol en latitudes estadounidenses donde prolifera. Pero ¿ por qué había atraigo la mirada del autor de la teoría de la evolución?, con las agudeza de los grandes investigadores. Habría advertido que los insectos que se posaban sobre las hojas de la matica quedaban atrapadas en el pegajoso líquido de las góticas.


Mientras los animalitos agitaban inútilmente sus alas, los pelos de la hoja les daban el abrazo del oso. Una vez muerto, al siguiente día nada quedaba se sus cadáveres. Darwin les colocó restos de carne y de yemas de huevo, que también se desaparecían en las hojas. Darwin dedujo que el papel de los animales que comen vegetales había sido invertido por el de vegetales que comen animales. Posteriormente con los avances de la bioquímica y de la microscópica, se aclararían la forma en que las proteínas de la expresada procedencia eran ingeridas por las plantas carnívoras. Se les puede llamar así, por que los constituyentes de los músculos y vísceras de una mosca son los mismos, que encontraríamos en un filete de pescado o de un churrasco.

Aseguraría la presa, la clorofila Sagrera enzimas que luego de ablandar las partes duras, atomizan las innecesarias y descomponen las proteínas en los aminoácidos o eslabones de sus cadenas. Las estomas o puertecillas de las hojas toman de los aminoácidos el nitrógeno que requiere para fabricar las proteínas de su crecimiento. Se justifican, pues las artimañas y las técnicas aplicadas por las quinientas especies de plantas que desarrollan este tipo de alimentación. Serían los insecticidas biológicos ideales, pero sembradas en suelos provistos de nitrógeno prescinden de sus dones de cazadores y se desarrollan igual que las demás plantas.

Hay familia cuya denominación del Nepenthes, significa ‘’mitiga penas’’. Así las llamó Linneo en atención a que los pobladores de Ceilán donde abundan, consideran que el jugo de ellas quita la tristeza y despierta la alegría.

No lo creerían así los insectos víctimas de sus estratagemas para subsistir. Las Nepenthes tienen hojas en formas de copas delgadas, provistas en su fondo de un néctar seductor. Cuando las criaturillas se paran en la entrada, ruedan inevitablemente por una superficie deslizante hasta caer en lo que será su sepultura. Hay otras familias con hojas en forma de vasijas llenas de los merodeadores desprevenidos que pudieran ahogarse en el líquido.

El cepo automático de los tromperos es una copia rudimentaria del que hace millones de años, inventara la Dionacea muscipula, o mejor la atrapamoscas, que es un nombre poco serio pero cristiano. Cada hoja suya se extiende en una superficie plana. Basta que detecten con uno sólo de sus millares de pelillos de un incauto visitante, para que el raquis funcione como un resorte y doble relampagueantemente las dos partes de la hoja, que queda convertida en el ataúd de un miniser que todavía no se ha muerto. Hay plantas acuáticas pertenecientes a las utrícula rías cuyas vistosas flores impedirían adivinar los antipoéticos instrumentos de sus raíces. Consisten en bombitas de succión, cuyas tapas se abren en un santiamén crustáceo que cometiera la imprudencia de acercársele.

Hasta aquí las verdades sobre estas plantas que al igual que los pájaros, los batracios y las libélulas, controlan la explosión demográfica de los insectos en el ambiente que comparten con ellos.

La prueba de que las grasas son del todo inocentes es que los animales jamás mueren de infarto.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 30 de Octubre de 1987



El problema de la obesidad y de los cortocircuitos que ocasiona, es casi exclusivo de la gente con posibilidades de comer más de los que necesita. En este caso la gula es un pecado que lleva en sí su propia penitencia (Rep. García)

Nunca se sabrá si en los albores de la vida primigenia existían esos paquetes blandos y compactos de energía que son las grasas. Los biólogos están persuadidos de que sin glucosa disponible, los primeros seres unicelulares debieron usar otra, tal vez la procedente de la oxidación de compuestos de azufre. Las grasas aparecieron quizás en individuos pluricelulares, con la evolución necesaria para tomar medidas preventivas. Alguna inteligencia debía rondarles cuando fueron capaces de diferenciar la abundancia de la escasez y cuando supieron aprovechar la primera para defenderse de la segunda. Acabo de insinuar de que las grasas son las monedas echadas en una alcancía por un por si acaso.

Ese mecanismo es bien conocido por los fisiólogos contemporáneos. Cuando comemos en demasía, no sólo hay glucosa de carbohidratos y demás azucares que se transforman en grasa, sino también aminoácidos. Las calorías a razón de cuatro por gramo de carbohidratos o de proteínas, reciben un tratamiento particular en el hígado. Este se percata de que no tiene espacio para seguirlas acumulando en la forma concentrada de glucógeno y acude a otra estrategia. Constituye esos compuestos de tres moléculas sacados de la glicerina, popularizados por su nombre de triglicéridos. Son transportados del expresado órgano a las células grasas del tejido adiposo que hay debajo de la piel.

El Páncreas hace asimilable con insulina la glucosa necesaria y la excedente. Esta es convertida en triglicéridos por el hígado que la despacha al tejido adiposo al tiempo que fabrica bilis para digerir las grasas foráneas. (Rep. García)

El contenido energético de la grasa es mayor en doscientos veinticinco por ciento al de las moléculas del pan, los tubérculos o cualquier sabroso dulce. Un gramo de grasa tiene nueve calorías y el mismo es tan viviente como un gramo de cualquiera de los demás tejidos que los forman. Los antiguos advirtieron sin saberlo la importancia de este don bioquímico. En la Biblia se le considera como signo de la dignidad, del poder y de la riqueza. Por eso se le quemaba en los altares de los sacrificios en honor de Yahvé. De hace más de tres mil años datan en consecuencia las lamparitas de aceite de las iglesias en señal de la devoción por el santísimo sacramento.

Moisés prohibió a los suyos el consumo de las que había bajo las pieles de corderos, cabras y bueyes, los animales preferentemente inmolados durante estas ceremonias rituales. Entre los señores árabes los obesos eran más respetados y acatados por sus súbditos que los flacos cuya contextura era vista como una expresión de debilidad física y espiritual. Los accidentes cardiológico y cerebrales por el colesterol se desconocían. Eran pocos los que llegaban a las edades en que la arteriosclerosis se enseñorea y además, no sufrían la angustia de ser o no ser, de llegar o no llegar tan característica en esa pistas de agresiva competencia que son virtualmente las ciudades.

Los inventores de las grasas fueron los animales marinos, puesto que no saben producirla ninguna de las treinta especies vegetales que los acompaña y de las que se alimentan. El pescado y sus afines son más saludables porque sus grasas no son saturadas, es decir, no tienen el exceso de átomos de hidrógeno rodeando a un solo átomo de carbono que encontramos en las mantecas y el cebo de los herbívoros terrestres. Por cierto que las grasas se alojan en los interticios de la carne. En le lomito hay un 4,5 por ciento de ellas, que llegan a ser de un veinticinco por ciento en el pernil de cerdo. Las grasas monoinsaturadas que tienen un átomo de hidrógeno menos que las saturadas son neutras en cuanto al colesterol.

En cambio las poliinsaturadas y ese es el caso de los aceites vegetales con la excepción de los de coco y palma africana, están libres de varios átomos de hidrógeno por cada átomo de carbono. Eso les confiere la virtud des ser enemigas del colesterol, que requiere 16 átomos de hidrógeno por cada molécula. No hay que olvidar que lo nocivo es el exceso de este fantasma. El organismo, desde que está en la fase embrionaria del útero, lo fabrica para integrarlo en un uno al 10 por ciento entre las células ordinarias del cuerpo, en un 30 por ciento en las del cerebro y hasta en un 90 por ciento las de la médula ósea. Una vez más comprobamos que es el abuso lo que hace malos a los productos de la naturaleza.




Las plantas guardan en secreto mecanismo como el de la fuerza para impulsar la savia hasta las hojas y para que cobre vida al llegar a ellas.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 30 de Octubre de 1991



La planta recibe luz y gas carbónico por arriba y por abajo, agua y sales minerales ( Rep. Castillo)


Un examen detenido sobre el funcionamiento de una planta vegetal, nos revela que a pesar de las apariencias, sus procesos vitales son más inexplicables que los de un organismo animal. Sabemos que el corazón es la bomba que hace circular tanto la sangre venosa como la arterial. En cambio, no hay ni siquiera una hipótesis sobre la fuerza que hace circular la savia inorgánica e inerte y la savia orgánica y viviente. Sudamos porque microscópicas góticas de agua salada salen a la piel por la presión sanguínea. Un labrador que pasa ocho bajo el sol puede liberar más de dos litros de agua por los poros. Ahora bien ¿cuál es el mecanismo por el cual una mata de maíz transpira dos litros de agua por día?¿dónde tiene la bomba para elevar la savia inorgánica preparada por las raíces y para distribuirla convertida por las hojas en savia viviente?.

Este enigma nos parece más indescifrable cuando los observamos en las secoyas. Ellas son especies confinadas en California donde forman los bosques más altos del mundo. Entre ellas hay árboles de hasta 106 metros de altura y troncos en torno de los cuales podrían formarse cadenas de 50 personas agarradas de las manos. Estas formidables criaturas envían diariamente a la atmósfera 5 toneladas de agua. Los caudales de energía para ese fin no las desgastan ni las agotan, lo cual se evidencia en las que llevan 4600 años ejecutando de rutinariamente está función. Las plantas no transpiran con todo el cuerpo sino a través de puertecillas o estomas en las hojas.

Estas son el laboratorio central del que dependen todas las manifestaciones de la vida. A través de los expresados estomas toman gas carbónico del aire y lo combinan con el hidrógeno del agua compuesta con la energía solar, para fabricar almidones que encontramos en la harina de yuca, en la de maíz o en la de trigo. No podemos comerlos crudos pues en ese estado son insolubles en el agua las células vegetales. Cada una de ellas debe digerir el almidón para hacerlo soluble. Sólo de ese modo pueden emplearlo como combustible o aprovechar su carbono, hidrógeno y su oxigeno en la producción de amoniacos, combinándolos con nitrógeno. Hemos aludido el equivalente a la circulación de la sangre en los seres vegetales.

Esta analogía es conducente a simple vista pero no a la hora de analizar el fondo del fenómeno. Las raíces tienen un poder para succionar sales de minerales, parecido al del papel secante sobre la tinta. El alcance de este poder de succión puede inferirse de una medición computarizada hecha por físicos y agrotécnicos de la Universidad de California. Ellos comprobaron que en una sola planta del llamado centeno de invierno desarrolla a los cuatro meses 620 Kms. de raicillas con 100 millones de pelillos de absorción. La savia bruta asciende por vasos leñosos hasta las hojas. Su vena central y sus ramificaciones sirven de armazón y al mismo tiempo de tuberías. Por ellas la savia entra inerte y desciende viva a alimentar todos los tejidos a los que además prodiga proteínas para el crecimiento.

Por los vaso liberianos les llega la savia a todas las células de la planta, las cuales ya vimos, hacen individualmente su digestión. Recuérdese que las nuestras no hacen ese trabajo, reservado al estómago y a los intestinos. Cada célula vegetal transforma el almidón en glucosa, mediante una enzima, esta es similar a la Ptialina, a la que se debe el almidón bien ensalivado se vuelva dulce, convertido en azúcar como el de la uva. Pudiera decirse que la savia descendente se vale de la gravedad, pero así como nosotros empleamos una fuerza impelente para alimentar las ramas que forman con el tronco un ángulo agudo
La ciencia dispone de mucha información sobre el proceso por el cual un óvulo fecundado se desarrolla hasta formar un bebé. Es poca la que tiene sobre la oosfera fecundada que se desarrolla hasta formar una fruta. Las plantas carecen de un sistema neurovegetativo que tome nota de las condiciones ambientales y haga que los genes produzcan las correspondientes adaptaciones. La pulpa de la fruta es para que el animal que se la trague, arroje por las heces la semilla en un lugar distante de la planta madre. La palmera de coco renuncia a está alternativa y adopta otra acorde con su medio. La semilla es provista de dos capas protectoras. La interior y dura la aísla de la salinidad marina. La exterior gruesa y fibrosa le sirve para flotar al tiempo que una corriente la traslada a otra playa.

octubre 29, 2004

Un fabuloso escenario de recursos para la vida montó la naturaleza en la corriente de Humboldt.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 29 de Octubre de 1982

Los incas tenían una floreciente agricultura porque usaban el guano como abono, pero éste fue depreciado por los españoles que encabezados por el bandolero Pizarro, se interesaban sólo por el otro. (Rep: Lombardi).


El aire disminuye la velocidad de la luz, por la oposición que la hace materia gaseosa que lo constituye. Sin embargo, el espesor que tiene en torno del planeta es demasiado frágil para detenerla. Eso lo logra en cambio el agua. Desde que entran en su superficie, los rayos del sol son frenados por la mayor compactación del líquido oceánico. Cada vez iluminan menos mientras lo penetran y al llegar a los 183 metros de profundidad, finalizan su viaje, dejando en las tinieblas las capas más inferiores del mar. El calor en forma de rayos infrarrojos sigue descendiendo, pero mientras lo hace, su poder energético es atenuando.

Por debajo de los 900 metros el reinado del frió es insoportable, mientras el termómetro baja hasta el nivel de 1*C.

A está temperatura, las moléculas de (H20) cierran filas, la densidad del líquido aumenta y en la compañía de altas concentraciones de sal, el agua fría, más pesada que la normal, se hunde mientras deja arriba al agua cálida, más liviana y menos densa.¿por qué esa agua no llega a congelarse? Porque en compañía de la sal sólo hace por debajo a cero grados C. Ahora bien, estas diferencias son uno de los factores de los movimientos interiores de las aguas oceánicas, de los remolinos y de los inmensos ríos que a salvo de testigos se desplazan de un lado a otro sin que nadie haya precisado el ritmo de sus cursos.

En medio de está helada y abismal oscuridad, donde es imposible la vida del fitoplancton que muere donde no hay luz, hay increíbles manifestaciones del reino animal: peces cazadores con ojos como linternas encendidas, u otros que pescan a inocentes víctimas con el cebo de colgajos fosforescentes en las prolongaciones de sus bocas. Este es el escenario de la lucha entre monstruos, el cachalote, mamífero más grande que el tiburón ballena y el calamar gigante, que siempre pierde el encuentro en el que trata inútilmente de estrangular con sus poderosos brazos, el enemigo que se lo comerá más tarde.

Desde estas profundidades surgen colosales torbellinos en los mismos lugares, por lo cual no representan un riesgo para la navegación, pues las embarcaciones los eluden con facilidad. Se calcula sin ninguna base científica que una gota de agua submarina que parte de la Antártica, puede tardar entre 300 y 1500 años en llegar al polo ártico. Una gota de agua a la temperatura habitual se comportaría con la rapidez de una gaviota pues tardaría un año en hacer el mismo recorrido. Se sabe que los vientos calientes de las regiones tropicales que ascienden hacia la faja ecuatorial, determinan modificaciones interesantes en las aguas marinas, además de los huracanes, los tifones la tempestades y el oleaje normal.

Paralela a las costas de Chile y del Perú de sur a norte , una franja de 180 kilómetros de ancho, transportando un indescriptible flujo de agua con bajas temperaturas oscilantes entre los quince y diecinueve grados C. Está es la famosa corriente Humboldt, evaluada a la luz del conocimiento contemporáneo, como la zona más rica del planeta en recursos para la vida. Eso explica por que los vientos alisios que vienen del sureste se abren formando una ‘’V’’ que girando sobre el agua originan remolinos que sacan a flote millones de toneladas de fosfatos, silicatos y otros minerales de sobresaliente importancia biológica.

El fitoplancton forma aquí extensas e inconmesurables praderas acuáticas, en las que se alimentan miles de millones de sardinas y anchoas, a su vez consumidas por decenas de millones de aves marinas. Estas, depositan sus excrementos en islas vecinas dando lugar a un renovado almacén de millones de toneladas de guano, el fertilizante agrícola de mayor productividad en la tierra. A el se deben muchas de las cosechas con que se alimenta está parte del mundo. A veces las aguas calientes del trópico invaden la corriente de Humboldt y entonces se registra un desastre ecológico en que parecen el plantón, las anchoas, las sardinas, las aves, finalmente se afecta al hombre, por que le falta el guano.

El mundo que conocemos sucede al que existió que a su vez será reemplazado por el que vendrá después.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 29 de Octubre de 1982


En este excelente libro el autor conviene en que antes los eslabones perdidos el rigor científico y la imaginación se pierden en el misterio de un momentáneo callejón sin salida. (Rep. Tejado)

Una explicación sobre las originalidades de la fauna terrestre sudamericana, aparece en el libro extraordinario de Mario H. Ricardi S., publicado por la ULA. No sé si por esta vía podremos comprender las diferencias relevantes que hay entre nuestros monos y los del Viejo Mundo. La obra hace hincapié, con lenguaje accesible y ordenada sintaxis, sobre la interacción entre lo que está vivo y lo que no lo está, entre lo biológico y lo abiótico. Cada vez que la Tierra cambió su aspecto externo, las aguas ocuparon tierras continentales y éstas pasaron a ser lechos marinos. Los seres vivos que respondieron bien con el poder de sus genes, se adaptaron y los otros sucumbieron.

En diferentes oportunidades a lo largo de los tres mil doscientos millones de años que lleva la vida sobre el planeta, ésta prosperó inicialmente en las masas oceánicas modificando su naturaleza y su contenido. Hace cuatrocientos veinte millones de años, los pioneros vegetales y animales que dejaran el mar, inventaron técnicas para modificar los suelos y de establecer sobre los continentes millones y millones de toneladas tomadas de ellos, pero convertidas en materia viviente. Cada vez que el mar ahogó a las criaturas de los entornos a los que se mudaba, los descendientes de ellas se reinstalaron en las tierras yermas para proseguir el imperio de una evolución victoriosa.

Ricardi insinúa en su volumen de más de cuatrocientos páginas, el mejor en su especialidad que hemos visto, la circunstancia de que tanto la corteza terrestre como sus pobladores, están sometidos a un dinámico ritmo, que los hace recíprocamente errantes. Ningún sistema ecológico es permanente, como tampoco lo son las estructuras externas del globo en que moramos. El equilibrio que presenciamos es temporal, aunque luzca estable para miles de generaciones. Lo de ayer no existe y lo de hoy será reemplazado por lo de mañana. Nos muestra el ejemplo de la América que después de estar unida se partió en dos fragmentos, el del norte y el del sur, hace más de cincuenta millones de años. Sudamérica quedó así aislada, mientras el norte mantenía con Asia y con Europa puentes como el del estrecho de Behring.

Los Andes sigue aún replegándose y son activistas de una revolución que protagonizaron con los Himalayas y a los Alpes, iniciara hace más de cincuenta y ocho millones de años.


El rostro biológico del territorio comprendido entre nuestras costas y la tierra el fuego, debió entonces transformarse, por que había desaparecido la influencia genética que nos llegaba de la región septentrional. Los creodontes carnívoros, los ungulados o animales con casco y pezuña y otros placentarios primitivos tendrían una prole orgullosa de una fisonomía propia. Entre ellos están los antecesores de los fósiles de los caballos pequeños encontrados en las alturas del Ecuador y de los araguatos y otros primates, a los que pertenecen los vivaces capuchinos, equivalentes por su cociente intelectual a los chimpancés africanos como acompañantes de los organilleros.

Este compendio de la evolución biológica y geográfica, que así se llama el expectante libro, nos habla del afloramiento del sistema de la costa, del que forma parte nuestro majestuoso Ávila, que seguía emergiendo en forma notable el Oligoceno, cuyo comienzo data de hace treinta y ocho millones de años. Mientras el océano y el escudo de antiquísima rocas que tenemos en Guayana, los Andes nuevos, puestos que hubo unos anteriores que se erosionaron, continuaban elevándose después de desalojar el mar que estuvieran allí, que había estado Falcón y que en el Zulia había originado un mar interior.

Hace dos o más millones de años cuando expiraba el Plioceno, los herbívoros suramericanos lanzaron un SOS que nadie oyó, por que se habían venido para acá, cruzando el Istmo de Panamá, el cual había conectado de nuevo las dos partes del continente. El autor de la obra citada considera probable la existencia pasajera de un puente entre Sudáfrica y Sudamérica y que los Hipariones, parientes de los caballos, distribuyeron en el viejo mundo, descendían de un antecesor con pezuñas de tres dedos que viviera en Norteamérica. De igual modo estima que en este periodo final de la edad terciaria hubo un hundimiento a los que se deben la fosa y el golfo de Cariaco, así como la separación de las actuales islas de Margarita, Trinidad, Coche y Cubagua. He aquí pues un trabajo que nos interesa a todos y en el cual podremos aprender sobre las brusquedades de la faz terrestre y sobre el modo triunfal con que las han enfrentado los representantes de la vida.


octubre 28, 2004

Después que el sol muriera los meteoritos se volvieran planetas y la tierra y sus hermanos se convertirían en nueve estrellas

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 28 de Octubre de 1981

No nos gustaría vivir en nuestra Tierra cuando se volviera como las estrellas, un horno infernal de energía.

Los partidarios de la entropía están perdiendo terreno, pues la información que los científicos recavan sobre el universo del ayer, hace suponer que la transformación de materia ha sido siempre un fenómeno rutinario en el cosmos. La entropía acepta que la energía es inagotable, pero sostiene que, llegará un momento en que no podrá usarse más, pues sería como el agua empozada después de haber dado muchos saltos durante un largo recorrido. Hoy se intentan explicaciones sobre mil grados C que hay en ciertas zonas de Júpiter y sobre el hecho de que la luz que refleja es dos veces superior a la que llega al del Sol.

Según el conocimiento astrofísico de nuestro tiempo, no sólo Júpiter podría convertirse en estrella con sus satélites trocados en doce planetas, sino que a la Tierra y a sus siete hermanos restantes les resguardaría un futuro análogo. Las deducciones en que se funda esta teoría, se han hecho al examinar las radiaciones errantes por el espacio, dejadas por astros que murieron hace decenas de miles de años, cuando el universo era un bebé. Esas radiaciones son como las huellas de un fantasma que sin embargo deja oír sus pasos con la claridad necesaria, para calcular las dimensiones de su cuerpo, los kilos que pesa y la densidad de la materia que lo forma.

Hay otras observaciones en que la inteligencia humana hace gala de la sutileza increíble. Se ha demostrado la idea, de que los fragmentos de cuerpos mayores que explotaran en fechas remotas e imprecisas de la vida sideral. Resulta que los meteoritos tienen apenas dos mil millones de años, mientras que el sistema solar va a cumplir cinco mil millones de años. ¿Entonces dónde está la partida bautismal de los meteoritos?. El soviético Mijaíl Lobamoysky sostuvo en la academia de Ciencias de la URSS, que son acumulaciones de partículas en torno a un pequeño núcleo, que las atrajo con la fuerza gravitacional, la más misteriosa de las divinidades si los científicos creyeran en ellas.

Recientemente se han encontrado los meteoritos pétreos, auténticos jovencitos de la galaxia, pues su edad no pasa de los diez millones de años. El hecho robustece la suposición del ruso, quien anticipa que en un porvenir inconcebible, los meteoritos se juntarían también por una acción gravitatoria, hasta construir nuevos planetas. Huelga recordar que las masas de estos como la de todos los cuerpos guardan señales de energía que al desatarse constituirían hornos inconmesurables de luz. Lobanovsky piensa que esa transformación ocurrirá algún día en todos los planetas, que terminaran volviéndose estrellas. Por los tanto, la tierra también tiene ese destino.

¿Pero cuando? Hoy se sabe que la tierra crece de afuera hacia adentro y de adentro hacia fuera. Los rayos cósmicos que nos llegan transportan átomos de hidrógeno, helio, litio, berillo, boro, carbono, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, flúor, hierro, aluminio y otros elementos. Este polvo que se añade a nuestra morada tiene un peso de quinientos quince mil millones de kilo por año. Esto hace elevar en milímetro y medio el nivel de los océanos y en un milímetro anual el diámetro de nuestro planeta. Por otra parte, las radiaciones de calor que se filtran hasta el centro de la tierra originan una dilatación cada vez mayor que se reflejará también, en el aumento de volumen de nuestro astro, como los demás, sentenciado a crecer hasta que se aniquile.

Dentro de diez mil millones de años cuando el Sol habría dado sus últimos guiños, la fuerza gravitacional de la masa terrestre serían tan colosal, que constriñiría a los protones de los núcleos atómicos, transmutándolos en fotones de luz y en piones de existencia que se calcula en millonésimas de segundo, así se generaría el mounstro poder en que oleadas de reacciones nucleares, despedirían los borbotones destellantes propios de un nuevo Sol. La Luna que ya no contaría con el brillo del actual astro rey, devolvería una luz cien veces más intensa, no sabemos si feliz de haber sido elevada al rango de planeta. Finalmente la masa de la Tierra desaparecería convertida en energía convertida en energía. Pero esta a su vez iniciaría el reciclaje para transformarse en la materia de otro cuerpo.

Tuvo que vestirse de hombre para aprender la medicina. Agnodice, la primera mujer que ejerció esta profesión.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 28 de Octubre de 1982
La tradición de que la medicina era un asunto de hombre, data de la época en que los sacerdotes de Egipto y Babilonia, se atribuían ese privilegio como parte de su pretendida divinidad. Aún después que Hipócrates disciplinó científicamente este quehacer, se mantuvo en Grecia la prohibición de que las mujeres aprendieran a curar y lo aplicaran. Esto se debía al prejuicio muy arraigado en esas sociedades, de que la inteligencia de la mujer no le daba más que para el desempeño doméstico o religioso, sin embargo, ese concepto iba a ser desmontado aparatosamente en el plano de la obstetricia, por una muchacha dotada de la audacia necesaria para burlar un veto tan absurdo.

En la antigüedad había comadronas que zarandeaban a las parturientas cuando les empezaba los dolores. Se consideraba que los varones eran concebidos en el cuerno derecho del útero, y las hembras en el de la izquierda. (Rep. Lombardi)


En el siglo III antes de Cristo se había destacado Herófilo de Calcedonia, por las finas disecciones que hacía en cadáveres humanos para estudiarlos en el aspecto anatómico. El examinó los órganos genitales femeninos percatándose de que había un par de tubos que comunicaban el útero con los ovarios. Daba lecciones al aire libre, lo cual era una práctica habitual en la culta Atenas. Entre sus discípulos había uno de rostro muy tierno y mirada vivaz, que hacía constantes preguntas, que denotaban una gran curiosidad y un deseo apasionado de conocer todo lo que el catedrático sabía acerca de la cavidad por donde las embarazadas expulsaban a la criatura que habían llevado en sus entrañas.

Como se ha insinuado, el oficio de atender un parto era ejercido por individuos del supuesto sexo fuerte. Esto originaba problemas en mujeres que por pudor preferían afrontar solas y con cualquier asistencia improvisada, los riesgos de tener un bebé. Como veremos después, al aplicado alumno que ya aludimos, estaba al tanto de esta circunstancia, cuando instaló un servicio domiciliario para las damas que llegaban a la culminación de su gravidez. Sus competidores se alarmaron del pronto auge de su clientela, gracias al meteórico prestigio que el nuevo partero había adquirido entre las matronas de la ciudad. Algo raro tenía que suceder porque parecía imposible que un médico novel rivalizara tan ventajosamente con otros de reconocida experiencia y madurez.

El prestigio profesional de Agnodice fue tal, que los escultores de su época hicieron este busto de ella, legado a la posteridad. (Rep. Lombardi)

Un buen día fue desatado el nudo de la intriga, por la indiscreción de una paciente de esas que hablan mucho. Aunque el exitoso profesional vestía ropas masculinas, pertenecían al sexo opuesto. Se trataba de Agnodice, que al encaminar su vocación de manos de Herófilo, había tenido que disfrazarse para que las autoridades se abstuvieran de interferirle sus estudios. De otro modo no le hubieran ni siquiera permitido, hojear el rollo de pergaminos incluido en la biblioteca pública y que contenía obra de Medicina escrita por su maestro. Ahora sus enemigos se disponían a sentarla en el banquillo de los acusados.

En efecto, esta olvidada precursora de la obstetricia fue conducida por Acrópolis, una fortaleza en la parte alta de la ciudad, donde estaba el Arcópago, algo así como una Corte Suprema de Justicia. Agnodice no opuso resistencia a que se le desnudara como lo que pidieran sus acusadores, a fin de evidenciar su sexo. De inmediato se le abrió juicio por haber violado las leyes aprobadas por la Asamblea del Pueblo. Cuando parecía que su causa estaba perdida, vino en su auxilio el primer movimiento feminista de que se tenía noticia en la historia. Madres de todas las clases sociales expresaban su gratitud por la eficiente atención obstétrica que habían recibido de Agnodice.

La opinión pública de Atenas se estremeció por el proceso y mientras los 31 miembros del Areópago vacilaban para dictar una sentencia condenatoria, las esposas de los cuatrocientos senadores, los obligaron a elaborar nuevas leyes, en las que no sólo se autorizaba a las mujeres para ejercer la obstetricia, sino que se prohibía que esa arte fuera desempeñada por los hombres. Debían pasar varios siglos para que aquella primera mujer médica, fuera seguida por otras graduadas en la Universidad de Salermo, entre las que estuvieron Rebeca, Constanza, Tomaza, Estefanía y Trótula autora de un tratado de Obstetricia que estuvo en vigencia hasta 1500.

Las plantas fueron las primeras en dejar el agua para venirse a Tierra: de no haber sido por los bosques La vida seguiría sólo en los mares

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas
Un día tal como hoy, 28 de Octubre de 1991




Entre hace 420 millones y 350 millones de años, los desiertos que fueran las partes continentales del planeta se transformaron en zonas paradisíacas. No había ni aves ni mamíferos, ni reptiles, pero impresionantes bosques de helechos de 12 metros de altura, habían estrenado el verde en los cinco continentes. Se cree que este poblamiento, que ocurrió sólo en las zonas tropicales, fue facilitado porque todos los territorios secos estaban fusionados en uno solo. Habrían constituido el continente único, denominado Pangea por los autores de esta teoría. Según ellos, la fragmentación en cinco partes habría ocurrido durante una catástrofe indescriptible, hace 200 millones de años: en el período señalado al principio, reinaban animales que han llegado a nuestros días.

Cuando las hepáticas, pequeñas descendientes de las algas desertaron del agua marina, la atmósfera empezó a impregnarse de un gas desconocido para ella: El Oxígeno. En pos de este y de las hepáticas, se mudaron también diminutos descendientes de los crustáceos. Eran los adeptos, diminutos tatarabuelos de las 800 mil especies de insectos modernos. En su persecución llegaron las arañas, los ciempiés y los alacranes, cuya presencia habría roto los nervios de acero que caracterizaban a un astronauta. Digo esto porque eran mounstros de medio metro de ancho y dos metros de longitud. Es probable que se les hubiera agotado las presas mayores en los océanos y que la escasez los hiciera sentirse a la norma de que todo es cacería, de mosquito para arriba.

Los mosquitos no existían pues faltaban más de 100 millones de años para que les aparecieran las alas. Los insectos primitivos proliferaban, a expensa de la savia y los restos de hepáticas, licopodios, equicetos y helechos. Pronto los arácnidos vieron que se les acababa el monopolio del banquete viviente. Antecesores de sapos, ranas, salamandras y otros anfibios, se adueñaron de todas las zonas vegetales. Gustaban tanto de las arañas como de las hormigas y al parecer, hobo otros inmunes al veneno de ciempiés y alacranes a los que devoraban como u plato predilecto. Hoy se estima que el tamaño gigantesco de estos últimos, se disminuyó a sus actuales dimensiones para adaptarse al limitado régimen dietético de las tierras continentales.

En los países nórdicos los pinos recién nacidos son vistos como amiguitos del Niño Jesús.


Los helechos pudieron formar inmensos bosques, debido a la abundancia del agua de lluvia, y a microbios recicladores de restos orgánicos con los cuales fabricaban suelos fecundos. Tales microbios descendían de los que aún habitan los mares. Hasta hoy no han dejado de perpetuarse y de cumplir su acción de transformar en fertilizantes toda materia que hay estado viva. Los helechos se multiplican por esporea, que al caer en piso húmedo, sufrían un proceso que sigue culminado en el óvulo y un espermatozoide. Los más avanzados fueron precursores del invento de la semilla. Esta, como se sabe, consiste en una microscópica planta, acompañada de un almacén de víveres que consumirán, mientras empiezan a autoabastecerse de alimentos, mediante el impenetrable fenómeno de la fotosíntesis.

Hace 350 millones de años se registraba un vigoroso salto hacia delante en el reino vegetal. Aparecían plantas bien diferenciadas de los helechos. Fueron ellas las verdaderas introductoras de la semilla y el polen. Este era producido por pequeñas estructuras llamadas piñas. Otras, de apariencia similar, eran portadoras de óvulos. El viento arrastraba polvaredas de granos de polen, a fin de asegurar que alguno alcanzaría su destino, en el seno de una piñita hembra. Los espermatozoides de las coníferas desconocen, al contrario de los restantes de este mundo, el arte de la natación. Ellos caen por gravedad en el óvulos que van a fecundar.

Las piñas hembras como las masculinas tienen formas de cono. De allí el nombre d coníferas, con el que hoy conocemos a los pinos, abetos, cipreses, cedros, arces y especies afines. Hace 190 millones de años rodearon de bosques franjas del Hemisferio Norte y del Hemisferio Sur. Hace 165 millones de años, al final de su imperio, fue decretado por recién llegados que adornaban con vistosas policromías del paisaje, aunque no por razones artísticas. Eran las fanerógamas con el colorido de sus flores y de sus frutas y con un vehículo más barato y más seguro a los efectos de su fecundación. Me refiero a los insectos. Las coníferas fueron reducidas de las 20 mil especies en su periodo de su mayor esplendor, a las 540 especies de hoy. No obstante han aplicado una capacidad d adaptación exclusiva de ellas. Esto les permite construir bosques por igual en las temperaturas heladas de la taiga, cerca del Círculo Polar Ártico y en las zonas bañadas de sol que hay en Uverito.

octubre 27, 2004

Hay microbios fabricantes del energético gas metano que podrían venir en nuestro auxilio cuando se acabe el petróleo en la tierra

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas
Un día tal como hoy, 27 de Octubre de 1981


En la novela de H. G. Wells los invasores marcianos destruyen las más poderosas armas de los ejércitos terráqueos y cuando se ponen a disfrutar la victoria, se desvanecen moribundos en el interior de sus naves inexpugnables. Los microbios que coexisten pacíficamente con nuestros organismos, habían desatado infecciones fulminantes en los cuerpos vírgenes de los supuestos enemigos del vecino planeta. Parece que aunque de otro modo, los gérmenes realmente están llamados a socorrer al hombre como fabricantes de energía cuando se nos acabe el carbón, el gas natural y el petróleo. En regiones pobres sin dólares para importar el oro negro, ya las microscópicas criaturas han comenzado a ofrecer su desinteresada cooperación.

Las algas son cosechadas como alimento de muchas parte de la Tierra. Los aztecas las ingerían en sus banquetes y los japoneses confeccionan sabrosos platos con ellas (Reo. T. Grillo)

En cualquier pantano de aguas negras pueden observarse burbujas que se rompen al aflorar en la superficie. Las mismas están hechas del más simple y natural de los hidrocarburos: el metano, o sea el gas que usamos a diario en nuestras cocinas, aunque procedente de yacimiento en el subsuelo. ¿De qué modo se genera dentro de las aguas podridas? Se debe a la descomposición de desperdicios vegetales y animales, causada por bacterias anaeróbicas, o sea que no respiran el mismo aire que nosotros. Atacan los restos orgánicos para alimentarse con ellos. En el proceso surgen dos compuestos que son el anhídrido carbónico y el metano con su conocida fórmula CH4.

Pues bien, esa fermentación efectuada espontáneamente por los microorganismos, se aplica ahora en una sencilla tecnología que está dando grandes resultados. Los sobrantes de todo lo que haya estado vivo, son colocados en tanques cerrados, donde los microbios harán el papel de diminutos que a la par de su reproducción, generan metano. Este escapa por unos tubos a través de los cuales alimentará cocinas, motores electricidad para que el alumbrado, calor donde hace frío y frío donde hace calor. El procedimiento no es usual en este país es en otras jurisdicciones tercermundistas. Ustedes se habrán dado cuenta de que me estoy refiriendo a la industria denominada Biogás.

La misma existe en Asia y en el África para el servidor de aldeas y aun de hogares humildes. El UNESCO dice que en Corea hay treinta mil centros productores de gas de este tipo; treinta mil en la India y más de dos millones en la Republica Popular China. A la luz de este aprovechamiento que implica la supresión simultánea de la basura contaminante, lo que nosotros hacemos con los excedentes del aseo urbano al quemarlos en ojo de agua y en Mariches, es otro de nuestros despilfarros. Ahora bien, la ciencia va a pasar de este nivel pasivo a un nivel activo en su asociación amistosa. Con ese objeto, en vez de aguardar la biomasa que votamos por considerarla inservible, va más bien a producirla para utilizarla al por mayor y de un modo sistematizado.

Los brasileros se han dado cuenta de que la caña de azúcar es una fuente ideal para sacar energía mediante acción fermentadora de las bacterias. Ayudado por esto convierten el dulce en alcohol etílico, que están empleando como combustible de sus vehículos. Lo restante se utiliza en diversas fases de la industria química, en la que bagazo resulta más rentable que en generación de metano. Por otra parte, ya se anticipa el desarrollo de la acuicultura. Como punto de partida de está el sorprendente caso de jacinto que infecta enormes extensiones de agua dulce en los países tropicales.

Según las investigaciones de la NASA esta planta que se consideraba contaminante, podrá más bien cosecharse para obtener de ella y mediante el auxilio de los microbios, trescientos setenta y cuatro litros de biogas por cada kilos de materia seca. Además sus residuos serían un excelente abono para la agricultura. Por lo tanto es más bien recomendable la siembra organizada de esta planta en balsas de aguas negras. En California, nada menos que la General Electric, ha creado granjas submarinas en que se cultiva la alga de parda gigante (MACROCYSTIS PYRIFERA), para obtener de ella gas metano, productos químicos y aditivos alimentarios. El agua suministrará oxígeno a unas bacterias a su vez la proveerían de minerales básicos. Véase pues otra muestra de las bondades que nos puede dar los microbios, a los que creíamos malos en su totalidad.

Las manatíes sí cumplen el deber darles a sus bebes la alimentación al pecho como lo mandan los pediatras.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas
Un día tal como hoy, 27 de Octubre de 1983

Los dragones del Viejo Mundo como sus primos de América, los manatíes, viven de talar la flora de los lechos acuáticos donde existe en exceso. (Rep. J. Grillo)

Mil años antes de Cristo, los marinos difundían supuestas historias, acerca de hermosas mujeres con cuerpos ondulantes, pechos redondeados y colas de pez que luego de aflorar por momentos a la superficie de las aguas se hundían en ella escapando a la mirada ansiosa de las navegantes. Los avances de la biología marina darían información veraz, que vendría a explicar el origen de la fascinante leyenda, posteriormente cantada en los relatos de la Odisea, donde desde luego, las sirenas estaban revestidas del encanto y la imaginación poética de Homero. Sorprendido de que Aristóteles, autor de las contribuciones acertadas sobre la vida oceánica y tan proclive a opinar de todo, no aludiera para nada a tal hecho.

El manatí se asoma a la superficie, respira profundamente absorbiendo aire suficiente para pasar hasta quince minutos ininterrumpidos bajo el agua (Rep. J. Grillo)

Resultaría imposible un vínculo entre aquella idealización mitológica y la realidad de la fauna del Orinoco y de Amazonas. Sin embargo, los manatíes pudieron inspirar la fábula, pues, a simple vista son pocas las diferencias que los separan de sus legítimos primos hermanos, los dugones, viejos habitantes de los litorales de la india, de los de Australia y de los del Mar Rojo. Las hembras de estas especies también tiene un par de mamas erguidas y simétricamente contorneadas como las que vemos esculpidas en la Venus de Milo y otros monumentos del arte consagrados a los dones de la belleza femenina y de la maternidad.

Es obvia la razón por la que los mencionados animales recibieron el nombre de sirenios. La verdad es que aparte de su ingenuidad, de su carácter inofensivo, del donaire con que nadan, los dugones y nuestros manatíes son animales del común. Nada más lejos de ello que el símil que le atribuyeron en la antigüedad, pues, son herederos de rasgos anatómicos, pertenecientes a un cuadrúpedo bonachón, pero feo como él solo, con el aspecto proboscídeo tan peculiar de los elefantes engendrados también por tan prolífico antepasado. Los manatíes en Venezuela, han pagado cara la confianza que depositaron en ciertos exponentes de nuestro género. Igual le ha sucedido a las especies de agua salada en las Antillas.

Humboldt nos habla de que estos mansos anfibios solían acercase con aire amistoso y juguetón a las piraguas de los indios y a las embarcaciones de los blancos. Con una longitud de hasta tres metros y un peso de 500 kilos, su cerebro le resultaba chiquito. En el mismo no cabían ni siquiera las normas del instinto de conservación, las cuales, sin lugar a dudas, están requetegrabadas en las células nerviosas de los mosquitos, que no creen en nada ni en nadie, todo los espanta.

En cuanto a los manatíes, despojados de pelos, de orejas y de patas traseras, están muy bien adaptados a su medio, dentro del cual se desplazan moviendo las aletas delanteras en que se convierten las antiguas patas y la cola, aplanada y horizontal como una pala.

Un individuo puede ingerir hasta treinta kilos de plantas subacuáticas por día. Gracias a esta propiedad se multiplican exitosamente y bajo el cuidado de las autoridades, los manatíes de la Florida, Norteamérica, donde el exceso de vegetación podría crear graves problemas ecológicos. Se cree que las hembras llevan sus escrúpulos sentimentales, al extremo de aparearse nada más que con su propio cónyuge. El embarazo dura casi un año, lo cual se explica porque la cría debe salir ya en condiciones para incorporarse a la vida activa, inmediatamente después del parto. Este, se efectúa dentro del agua y el recién llegado con sus 20 kilos de peso, debe subir en seguida a la superficie para tomar su primera bocanada de aire.

La madre le dará un recreo de 45 minutos, paseándolo sobre su lomo a fin de que conozca el entorno y vea cómo se nada. Luego ella misma lo lanzará al agua, para que de sus primeras brazadas y compruebe la facilidad natural que tiene para desplazarse, favorecido por las dos válvulas con que obstruye sus fosas nasales en el medio acuático. El pequeño es en sus primeros meses un hambriento insaciable. Para satisfacerlo los pechos de su madre elaboran hasta dos litros de leche por día. Al amamantarlos su mamá se coloca en posición vertical y los toma con las aletas, como una madre humana a su bebé en el mismo caso. Hasta la biografía de estos seres, príncipes de la fábula en el Viejo Mundo y victimas de la crueldad humana en el nuestro.

Las crisis económicas no son un invento contemporáneo ellas se profundizaron con la Revolución Industrial.






La crisis económica de Francia en 1786, que no fue industrial sino agrícola, culminó tres años después con la quema del trono de los Luises.


Aunque en el siglo XVI estaban desarrolladas las máquinas de hilar, no existían las de los telares que se manejaban a mano y que aparecieron a mediados del siglo XVIII en Inglaterra, para engendrar la Revolución Industrial.
No debe ser coincidencial el paralelismo histórico entre el auge de la naciente tecnología, que culminará con la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII en Inglaterra, y la posterior profundización de las crisis económicas. Ciertamente, antes del desarrollo industrial, la meteorología con sus caprichos, parecía ser el principal factor del éxito o el fracaso del intercambio comercial entre los estados feudales. La ausencia de lluvias o el exceso de ellas era igualmente ruinosas para la población campesina. En estas circunstancias, sin frutos ni dinero para comprar, dejaban fría la producción artesanal de las urbes. Algo de esto, pero seguido de un gran cambio social, fue lo que ocurrió en Francia en 1785.


En aquel año, la sequía significó hasta casi convertir en maderas, los pastizales adyacentes a los castillos de los señores. Ciertos de miles de vacunos y ovinos murieron, dejando la nación gala sin carne ni siquiera para las familias aristocráticas y sin la lana, materia prima de los artículos textiles, que constituían un renglón básico de la economía francesa, a pesar de que casi todos eran de fabricación casera. Esta, en su mayor parte, diríamos hoy era financiada y distribuida por comerciantes acomodados. Ahora bien, con la pérdida de la cosechas los alimentos se pusieron muy caros mientras los salarios se caían verticalmente por el estancamiento de la producción fabril.

En Abril de 1789 masas de campesinos y de artesanos se revelaban en París. Mientras tanto la situación empeoraba, porque los ingleses habían invadido lo que quedaba del mercado francés, con productos más baratos y de mejor calidad que los locales, elaborados en factorías por maquinas que podían hacer cada una el trabajo de cien obreros. Este factor estuvo entre los que agudizaron aquella crisis económica, que culminaría el 14 de julio con la toma de Bastilla y el ascenso de la hasta entonces preferida clase social de la burguesía. En 1970, el cielo se pondría de parte de ella porque abundaron las nubes pacíficas que irrigarían los suelos adecuadamente, originando la más optimas cosechas.

A comienzos del siglo XVIII Francia abordad la Revolución Industrial iniciativa cuarenta años antes por Inglaterra. El éxito en la automatización de sus fábricas le dio mayor poder de compra en el exterior, y fue así como la monarquía restaurada pudo neutralizar los nuevos fracasos agrícolas de 1816. pero el temporal de la carestía de alimentos por un verano excesivo, volvería en 1826, reflejándose en los años siguientes y de un modo impresionante en el atrofiamiento de la recién nacida industria y otros hechos que hicieron desplomarse al rey Carlos X en 1830, abriendo así las puertas para el advenimiento de la segunda revolución en 1842.

Por aquellos años la meteorología matizo de una manera luctuosa las tierras de Europa. La quiebra de las cosechas de papa en irlanda hizo que este país perdiera más de la mitad de su población entre muertos e inmigrantes. La crisis se generalizó en el continente hasta el extremo de que, además de un medio millón de muertos de hambre, tuvieron que paralizarse las fábricas de Gran Bretaña, Francia y Bélgica, con sus almacenes repletos y con una banca que se negaba a prestar mientras cobraba incesantemente. Sin embargo, esas naciones no, cesaban de acrecentar el poder de una tecnología que en medio de estas contingencias continuaba progresando.

La misma sirvió de reserva para aprovechar tres hechos venturosos de la época, gracias a los cuales fue posible rehabilitar los mercados de consumo y redoblar el funcionamiento de los centros industriales. Esos hechos fueron el descubrimiento y la explotación de las minas de oro en California y Australia y el florecimiento del transporte ferroviario. El precioso metal le dio compradores y liquidez, o mejor dicho, un circulante amplio a las naciones afectadas por la crisis, puesto que pudieron llenar sus arcas con el dinero que obtenían de sus productos colocadas en manos con poder adquisitivo.

En nuestro tiempo estos colapsos siguen amargándoles la existencia a los jugadores de bolsa y a los accionistas de grandes y pequeños consorcios. El sistema capitalista no ha podido hallar un medio de prevenir estos impactos causados por la concentración de la riqueza producida por una mayoría, en unas pocas manos. La superación de la crisis económica es facilitada hoy, por los recursos multiplicadores y renovables que ofrecen a las fábricas y a las fincas la ciencia y la tecnología. (Tomado de mi libro:”Ciencia y Tecnología, dos bienes sociales”).


No debe ser coincidencial el paralelismo histórico entre el auge de la naciente tecnología, que culminará con la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII en Inglaterra, y la posterior profundización de las crisis económicas. Ciertamente, antes del desarrollo industrial, la meteorología con sus caprichos, parecía ser el principal factor del éxito o el fracaso del intercambio comercial entre los estados feudales. La ausencia de lluvias o el exceso de ellas era igualmente ruinosas para la población campesina. En estas circunstancias, sin frutos ni dinero para comprar, dejaban fría la producción artesanal de las urbes. Algo de esto, pero seguido de un gran cambio social, fue lo que ocurrió en Francia en 1785.

En aquel año, la sequía significó hasta casi convertir en maderas, los pastizales adyacentes a los castillos de los señores. Ciertos de miles de vacunos y ovinos murieron, dejando la nación gala sin carne ni siquiera para las familias aristocráticas y sin la lana, materia prima de los artículos textiles, que constituían un renglón básico de la economía francesa, a pesar de que casi todos eran de fabricación casera. Esta, en su mayor parte, diríamos hoy era financiada y distribuida por comerciantes acomodados. Ahora bien, con la pérdida de la cosechas los alimentos se pusieron muy caros mientras los salarios se caían verticalmente por el estancamiento de la producción fabril.

En Abril de 1789 masas de campesinos y de artesanos se revelaban en París. Mientras tanto la situación empeoraba, porque los ingleses habían invadido lo que quedaba del mercado francés, con productos más baratos y de mejor calidad que los locales, elaborados en factorías por maquinas que podían hacer cada una el trabajo de cien obreros. Este factor estuvo entre los que agudizaron aquella crisis económica, que culminaría el 14 de julio con la toma de Bastilla y el ascenso de la hasta entonces preferida clase social de la burguesía. En 1970, el cielo se pondría de parte de ella porque abundaron las nubes pacíficas que irrigarían los suelos adecuadamente, originando la más optimas cosechas.

A comienzos del siglo XVIII Francia abordad la Revolución Industrial iniciativa cuarenta años antes por Inglaterra. El éxito en la automatización de sus fábricas le dio mayor poder de compra en el exterior, y fue así como la monarquía restaurada pudo neutralizar los nuevos fracasos agrícolas de 1816. pero el temporal de la carestía de alimentos por un verano excesivo, volvería en 1826, reflejándose en los años siguientes y de un modo impresionante en el atrofiamiento de la recién nacida industria y otros hechos que hicieron desplomarse al rey Carlos X en 1830, abriendo así las puertas para el advenimiento de la segunda revolución en 1842.

Por aquellos años la meteorología matizo de una manera luctuosa las tierras de Europa. La quiebra de las cosechas de papa en irlanda hizo que este país perdiera más de la mitad de su población entre muertos e inmigrantes. La crisis se generalizó en el continente hasta el extremo de que, además de un medio millón de muertos de hambre, tuvieron que paralizarse las fábricas de Gran Bretaña, Francia y Bélgica, con sus almacenes repletos y con una banca que se negaba a prestar mientras cobraba incesantemente. Sin embargo, esas naciones no, cesaban de acrecentar el poder de una tecnología que en medio de estas contingencias continuaba progresando.

La misma sirvió de reserva para aprovechar tres hechos venturosos de la época, gracias a los cuales fue posible rehabilitar los mercados de consumo y redoblar el funcionamiento de los centros industriales. Esos hechos fueron el descubrimiento y la explotación de las minas de oro en California y Australia y el florecimiento del transporte ferroviario. El precioso metal le dio compradores y liquidez, o mejor dicho, un circulante amplio a las naciones afectadas por la crisis, puesto que pudieron llenar sus arcas con el dinero que obtenían de sus productos colocadas en manos con poder adquisitivo.

En nuestro tiempo estos colapsos siguen amargándoles la existencia a los jugadores de bolsa y a los accionistas de grandes y pequeños consorcios. El sistema capitalista no ha podido hallar un medio de prevenir estos impactos causados por la concentración de la riqueza producida por una mayoría, en unas pocas manos. La superación de la crisis económica es facilitada hoy, por los recursos multiplicadores y renovables que ofrecen a las fábricas y a las fincas la ciencia y la tecnología. (Tomado de mi libro:”Ciencia y Tecnología, dos bienes sociales”).


 La Ciencia Amena. Arístides Bastidas
Un día tal como hoy, 27 de Octubre de 1987

octubre 26, 2004

Hay razones para creer que vivimos en el universo de turno: otros habrían precedido al actual y otros serán después sus herederos

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas
Un día tal como hoy, 26 de Octubre de 1983

Ella la temeraria criatura que es el hombre, ha podido efectuar exploraciones en parajes cósmicos a donde jamás llegará su mirada. Con ese objeto el hombre se ha valido de enormes instrumentos con los que potencia liza de un modo fantástico, el alcance de sus sentidos, de su entendimiento y de su raciocinio. Los radiotelescopios con sus colosales antenas parabólicas, han sido algo más que orejas descomunales para auscultar las palpitaciones del espacio intergaláctico. Captan hondas hertzianas, semejantes a las de nuestras emisoras locales pero procedentes de mundos incógnitos. Con ellas pueden hasta trazar mapas de las más remotas agrupaciones de estrellas.

Hoy se considera que muchas de las hondas radiales recibidas recientemente, pudieron partir hace unos veinte mil millones de años, de una inconmensurable bola incandescente que hacer explosión dio origen a toda la materia existente en los cuatro puntos cardinales del cosmos si existieran, porque como sabemos, en sus jurisdicciones no tienen ni el norte ni el sur ni el este ni el oeste. Hay filósofos que especulan con la probabilidad de que los átomos del género humano sean de los mismos que se formaron en el dramático instante ya aludido. Mientras tanto sabios e ignaros se hacen la misma pregunta: ¿Qué había antes de que ella deslumbrante y apoteósica explosión?

La única respuesta del posible se podría dar apoyándose en esas oscuras vías hacia la luz que no dejó Einstein en su teoría de la relatividad. Esta es hija del rigor de las matemáticas más avanzadas y por lo tanto se afirma en las más relativas bases. Hago la digresión para que se vea lo bien fundado que estaría el optimismo sobre la inmortalidad de cosmos a que da lugar el pensamiento del gran científico. Según las leyes que diseño las galaxias realizan un movimiento de expansión a través del cual, se alejan una de las otras, como los puntitos que dibujáramos en un globo de goma a medida que lo fuéramos inflando.

Según Einstein está expansión llegaría a un límite luego del cual se iniciara un movimiento de contracción, en que las galaxias se acercarían ante sí como los puntitos del globo cuando empezara a desinflarse. Así ocurriría según Einstein el espacio que es curvo e ilimitado, es sin embargo finito. En este esquema los cuerpos seguirían constituyendo el Universo, dentro de un dinámico nacer y renacer, el cual se evidenciaría en la destrucción de las estrellas vencidas por la vejez y la formación de otras nuevas, brillantes y orgullosas de su luz azul, a partir de las concentraciones del polvo y los gases interestatales, sometidos de la enigmática fuerza gravitacional.

Hay la Hipótesis sombría de que el movimiento de expansión que a hora detectamos con mayor precisión en las altas velocidades a que se alejan las galaxias más distantes, sería interminable. La dispersión de la materia podría ser tan inconcebible, que la búsqueda de una galaxia en el espacio sería tan imposible como la de un alfiler en el desierto del Sahara. En estas condiciones la luz habría muerto para siempre y los tres grados C, sobre el cero absoluto del vacío tampoco existirían, borrados por el reinado de la antienergia en el más congelante de todos los fríos. Pero este siniestro espectáculo sólo sería factible en el infinit9o y ya sabemos que la ciencia lo rechaza.

octubre 23, 2004

No existen los platillos voladores pero sí, las causas de esta fábula: ¿Tiene mucho que ver la contaminación con el surgimiento de los OVNIS?

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 23 de Octubre de 1981


Esta es de las poquísimas fotografías de un objeto volador no identificado (OVNI). fue tomada desde Nuevo México en 1976"

A estas alturas los misteriosos ovnis les siguen jugando el juego de la candelita, a los más componentes equipos interdisciplinarios que han tratado de explicarlos, en las universidades de Harvard, Leningrado y Oxford. Una gran parte de los supuestos platillos voladores han sido fenómenos atmosféricos y cósmicos que han engañado a la ingenua pupila humana. Aunque sea ínfimo el número de los casos reales y enigmáticos, es suficiente para inquietar a las más ilustres mentes, entrenadas en el arte de la comprobación experimental.

Una reciente hipótesis intenta señalar a la contaminación del aire, tan frecuente en la industrializada civilización actual, como la causante de las apariciones de auténticos ovnis.

Los científicos soviéticos Barendblatt y Monin sostienen que a determinadas elevaciones, hay masa de aire muy pesadas que comprimen a otras que son livianas. Así se originan los vientos, pero según los dos teóricos, surgen también turbaciones de otro tipo, como densos islotes giratorios de aire. Ahora bien, ¿por qué serían visibles si el aire es transparente?. La contestación sería, la de que esos islotes están impregnados de átomos y moléculas sólidas, procedentes de las chimeneas de las fábricas y de los excedentes de los motores de combustión.

¿Si esas partículas son sólidas, por qué flotarían en los expresados islotes?

Los dos investigadores aducen que tales hechos sólo ocurren en circunstancias tempestuosas, en que nada de lo que está arriba puede sedimentarse. Las partículas presentes en esos islotes reflejarían de un modo intenso la luz durante el día. Durante la noche, estarían a enormes alturas a las que seguiría llegando la luz del sol oculto. No obstante, esta teoría de los ovnis por efecto de la contaminación, pierde fuerza al comprobarse que tales hechos no son exclusivos de nuestros días. En 1823 el astrónomo alemán Bode escribió: “Los fuegos fatuos y los chorros de candela.... Pueden tener su origen en las evaporaciones densas y pesadas de las capas del aire, evaporaciones que emiten una luz fosforescente y a las que el viento les imprime movimientos y formas casuales.”

A fines de enero de 1977 una bola de fuego dejó un rastro de negro humo, en círculo de dos metros de diámetro en Barquisimeto y en las proximidades del río Turbio. Los análisis de la materia quemada realizados en el IVIC revelaron que el negro humo era de elementos orgánicos comunes. Lo importante del suceso es que evidentemente sobre el sitio se había depositado una extraordinaria fuente de energía. Fenómenos análogos se han descrito en muchos otros parajes de la tierra. ¿A qué se debe esa bola de luz intensa que cae después de haber cruzado el firmamento como lo haría un meteoro? Otro físico ruso M. Dmitriev ha elaborado una teoría al respecto.

El conocimiento contemporáneo admite las llamadas formaciones quimiluminiscentes que la jerga especializada abrevian con las siglas FQL. Pues bien, Dmitriev manifiesta “La aparición de los platillos puede deberse a fenómenos de naturaleza terrestre: FQL. La quimiluminiscencia es uno de los tipos de luminiscencia del aire que surge a raíz de determinadas reacciones químicas. Las FQL pueden brillar o reflejar la radiación solar, trasladarse velozmente y en ciertos casos llegan incluso a estallar”. Los FQL son una realidad palmaria pues ya hay tanto en los Estados Unidos como URSS fotografías y películas que se les han formado en las raras veces en que eso ha sido posible.

La ciencia rechaza desde luego la idea medio supersticiosa, de que hay naves tripuladas por gentes de otras comarcas de la galaxia. En cambio no parece aventurada la sospecha de que en algunas oportunidades, los ovnis sean máquinas que están ensayando los ingenieros de las grandes potencias. La incógnita de los ovnis sigue en pie aunque olvidemos que ella es una de las innumerables que constantemente desafían la inteligencia y la imaginación. A pesar de los soberbios conocimientos que poseemos en relación con los pensadores del Medioevo es pobrísimo el espectro de la sabiduría a nuestro alcance, si la comparamos con la que tendrán nuestros descendientes dentro de un siglo.

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