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diciembre 06, 2004

El Universo de los antiguos era como una gran cosa dentro del cual vivíamos: en la actualidad pareciera que no tiene fin.

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 6 de Diciembre de 1991




Las Estrellas también nacen, viven y mueren. El Sol, una de las más medianas, es un adulto en la mitad de su existencia.

El estudio del Universo es un ejemplo clásico de que mientras más avanza la ciencia, más lejos estamos de la verdad. Durante milenios los chinos y los occidentales mas sabios creyeron que el Sol, La Luna, mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, constituían el Cosmos. Las estrellas eran las cabezas de los alfileres luminosos encajados en el firmamento para decorarlo. La noción de que la Tierra era el centro del mundo estuvo en la mente de Platón, de Aristóteles y de Ptolomeo tiene le dio fundamento científico a esta teoría. Un visionario griego, Aristarco, fue otro efecto de escarnio y estuvo a punto de que el paganismo le impusiera la penitencia de morir. Se consideró como una estupidez y una herejía su hipótesis de tierra la Tierra la que giraba alrededor del Sol.

Hiparco hizo el primer mapa de las estrellas sin sospechar ni remotamente la verdad de que eran sóles como el nuestro, más grandes unos, más pequeños otros. Tuvieron que pasar 19 siglos para que Aristarco fuera reivindicado por Copérnico también éste temió que la religión lo inmolara por negar que nuestro planeta fuera el corazón del Universo. El hombre pudo verlo más allá de sus narices, con el telescopio que inventara de Galileo. Cuando él divisó por primera vez las montañas y los cráteres de la Luna, imagino que las estrellas debían detener estructuras y inapreciables a simple vista. La inquisición no pudo contra el artefacto que por acercar la imagen de los astros permitía ser verdad es reñidas con el dogma. La astronomía se perfiló desde entonces como una ciencia exacta, y escaló metas inimaginables incluso para Copérnico y Galileo.

Las exploraciones con lentes cada vez más perfeccionados y de mayor espesor, revelaron nos sólo que las estrellas eran iguales al astro rey y que éste era una de ellas, sino también que había luces de una intensidad hasta 100.000 veces superior a los que nos disipa las sombras. Se supo que el mapa de Hiparco que agrupa las estrellas veríamos una noche, era uno de los más insignificantes e interés los millones de enjambres que captan con los telescopios. Tras el aspecto blanquecino del cielo se localizaron inmensas aglomeraciones de estrellas. Los astrónomos entendieron que se hallaban ante un sistema de una insondable complejidad. Lo denominaron Vía Láctea y creyeron que ocupaba los cuatro puntos cardinales del Universo.

En la primeras décadas del siglo Einstein hacía sonreír al mundo al afirmar que hasta del cielo era mentiroso. Lo decía porque vemos estrellas muertas hace tiempo cuya luz es ahora cuando nos está llegando. Surgió una nueva rama de la astronomía, la astrofísica. Se confeccionaron radiotelescopios, a través de los cuales no se ve nada pero se detectan los astros como nosotros a personas por el taconeo de sus zapatos. El hombre volvió a asombrarse ante la realidad de que nuestra galaxia, con 200.000 millones de estrellas, era una de las miles de millones que hay en el Universo. Actualmente los observatorios del planeta le siguen el rastro a grupos de galaxias que se desplazan en línea recta a 60.000 kilómetros por segundo, un quinto de la velocidad de de la luz.

Se han descubierto extraños cuerpos como los quáseres a distancia de millones de años luz, sin que sepamos lo que en verdad son. Los agujeros negros no tendrían nada pero tales pues serían grandes masas de una enorme compactación, por lo cual podrían atraer y tragarse hasta la luz. A y estrellas de neutrones entre los cuales no cabría ni un objeto tan delicado una hebra de telaraña. Un centímetro cúbico de ellas pesaría 80 toneladas en en la tierra. Existe hoy una hipótesis que refuta la tradicional de que el 99% la materia está en las estrellas. Entre ellas habría espacios llenos de polvo y de que gas invisibles, los cuales contendrían el 90 por ciento de la masa del universo.

La función de las estrellas es la de crear luz, emperatriz suprema del espacio y fruto de la materia transmutada en fuego. Nunca hemos sabido mas cosas acerca del universo y no un plan hemos tomado conciencia dio hoy acerca de los abismos de la ignorancia que nos separan de él. Es lógico que nosotros, los del común, lejos de suponer como los griegos y y los medios medievales que había fronteras para el mundo lo concibamos como algo que no tiene principio ni fin un. Einstein dijo que según sus ecuaciones, el espacio era finito, curvo, pero no limitado. Esta apreciación es un verdadero galimatías para nosotros, sin embargo hay una ejemplarización pero permitiría medio entenderla un. Una nave que volara en línea recta en el espacio intergaláctico y no encontrara obstáculos volvería su punto de partida. Una persona superbiónica que mirara en línea recta en el mismo espacio podría verse de espaldas a si misma.

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