Ha perdido validez la opinión de que según el número de circunvalaciones de un cerebro, una persona es inteligente o no. En cambio está probado que el ejercicio de ese órgano puede enriquecer la inteligencia heredada.(Rep. Garrido).
Según la teoría con la que Roger Sperry ganara el Nobel hace cinco años, la creatividad del pianista le viene del hemisferio derecho y la capacidad de ejecución, del hemisferio izquierdo.
El estudio de cerebros humanos conservados en alcohol ha sido desechado porque no fue posible advertir diferencias entre el de genios como Albert Einstein y el de personas como nosotros. En 1946 la investigación neurológica sufrió la decepción, de que los cerebros tomados de los nazis recién ajusticiados en Nurember a pesar de su frescura, mostraban las mismas características apreciables en los de gentes normales. Tampoco se ha podido ampliar el conocimiento de este órgano, con la colaboración de detectores electrónicos en la cabeza, que registran impulsos de hasta unos 200 millonésimas de voltio. Las búsquedas más productivas por esta vía se han hecho en los animales de laboratorio y cuando la casualidad las ha permitido en seres humanos.
La zona del habla fue localizada el siglo pasado en el encéfalo de un semejante, pero las del hambre y la sed, fueron descubiertas en ratas, conejos y acures. Cuando estas zonas eran excitadas se despiertan las ganas de comer y beber. Pero cuando se les inhibía o eran extirpadas, las desechadas criaturas perdían el interés por los alimentos y por el agua, hasta que morían por inanición. Si se les despojaba de ciertas zonas bajo el occipital, se quedaban ciegas y sordas, aunque conservando los ojos y oídos en buen estado.
Así se supo que no vemos ni oímos con estos órganos, que son sólo intermediarios entre las sensaciones externas y la zona cerebral que las codifica. En 1961 Roger Sperry, catedrático de psico- biología en el instituto tecnológico de California se puso en el caso del grande liga al que dispara un flaicito al cuadro. Digo, esto porque tuvo la suerte de encontrar un veterano de guerra que a consecuencias de una herida en el cráneo, sufría ataques de epilepsia, tan violentos que no se calmaban ni con las mejores drogas.
Concluyó que lo único medio era separarle los dos hemisferios del cerebro.
Sus colaboradores cercenaron el puente entre los dos, es decir el llamado cuerpo calloso constituido por 200 millones de células nerviosas. El paciente sanó pero adoptó una extraña conducta. En el intento de quitarse los pantalones la mano derecha lo hacía bien pero la otra tiraba de ellos. Esta contradicción se mostró en la esfera mental también, un día en que mientras le pegaba a su esposa con la mano derecha, trataba de impedirlo con la mano izquierda. Esto dio lugar a la especulación de que cada ser humano lleva dos personas en sí mismo, recuérdese que sus hemisferios estaban desconectados entre sí. Hace tiempo se sabe que ellos atienden responsabilidades específicas y diferentes. Las nuevas experiencias lo confirmaron, añadiendo otras apreciaciones.
Como ya dijimos en 1861 se aclaró que el hemisferio izquierdo es el parlante. Ahora Sperry y sus asociados Philip Vogel y Josep Bogen han acumulado un valioso material. En él funda sus planteamientos de que el hemisferio derecho es un introvertido forzoso porque no sabe expresarse. Ello no le impide el cumplimiento estricto de sus deberes de sintetizador, ordenador y el ejercicio de la intuición, por lo cual en él anidaría el sexto sentido que se atribuye a las damas, que adivinan las intendencias de sus cónyuges. El hemisferio izquierdo monopoliza el habla, la racionalidad y la capacidad de síntesis, rige el funcionamiento motor y es que el padre del comportamiento.
Pavlov decía que la humanidad se dividía entre artistas y pensadores. Los hallazgos que comentó revelan que el hemisferio derecho es el generador de la creatividad pictórica y musical. Amigo de la paz deja a su gemelo izquierdo la agresividad y las facultades de dirigir y de ejecutar. Sin embargo en las edades infantiles estas propiedades se pueden transferir. Esto se comprobó en menores de cinco años, que aprendieron a hablar después de estar un año enmudecidos por accidentes que les habían destruido parcialmente el hemisferio izquierdo. El hemisferio derecho había asumido la función parlante lo cual es imposible en adultos en la misma situación
El estudio de cerebros humanos conservados en alcohol ha sido desechado porque no fue posible advertir diferencias entre el de genios como Albert Einstein y el de personas como nosotros. En 1946 la investigación neurológica sufrió la decepción, de que los cerebros tomados de los nazis recién ajusticiados en Nurember a pesar de su frescura, mostraban las mismas características apreciables en los de gentes normales. Tampoco se ha podido ampliar el conocimiento de este órgano, con la colaboración de detectores electrónicos en la cabeza, que registran impulsos de hasta unos 200 millonésimas de voltio. Las búsquedas más productivas por esta vía se han hecho en los animales de laboratorio y cuando la casualidad las ha permitido en seres humanos.
La zona del habla fue localizada el siglo pasado en el encéfalo de un semejante, pero las del hambre y la sed, fueron descubiertas en ratas, conejos y acures. Cuando estas zonas eran excitadas se despiertan las ganas de comer y beber. Pero cuando se les inhibía o eran extirpadas, las desechadas criaturas perdían el interés por los alimentos y por el agua, hasta que morían por inanición. Si se les despojaba de ciertas zonas bajo el occipital, se quedaban ciegas y sordas, aunque conservando los ojos y oídos en buen estado.
Así se supo que no vemos ni oímos con estos órganos, que son sólo intermediarios entre las sensaciones externas y la zona cerebral que las codifica. En 1961 Roger Sperry, catedrático de psico- biología en el instituto tecnológico de California se puso en el caso del grande liga al que dispara un flaicito al cuadro. Digo, esto porque tuvo la suerte de encontrar un veterano de guerra que a consecuencias de una herida en el cráneo, sufría ataques de epilepsia, tan violentos que no se calmaban ni con las mejores drogas.
Concluyó que lo único medio era separarle los dos hemisferios del cerebro.
Sus colaboradores cercenaron el puente entre los dos, es decir el llamado cuerpo calloso constituido por 200 millones de células nerviosas. El paciente sanó pero adoptó una extraña conducta. En el intento de quitarse los pantalones la mano derecha lo hacía bien pero la otra tiraba de ellos. Esta contradicción se mostró en la esfera mental también, un día en que mientras le pegaba a su esposa con la mano derecha, trataba de impedirlo con la mano izquierda. Esto dio lugar a la especulación de que cada ser humano lleva dos personas en sí mismo, recuérdese que sus hemisferios estaban desconectados entre sí. Hace tiempo se sabe que ellos atienden responsabilidades específicas y diferentes. Las nuevas experiencias lo confirmaron, añadiendo otras apreciaciones.
Como ya dijimos en 1861 se aclaró que el hemisferio izquierdo es el parlante. Ahora Sperry y sus asociados Philip Vogel y Josep Bogen han acumulado un valioso material. En él funda sus planteamientos de que el hemisferio derecho es un introvertido forzoso porque no sabe expresarse. Ello no le impide el cumplimiento estricto de sus deberes de sintetizador, ordenador y el ejercicio de la intuición, por lo cual en él anidaría el sexto sentido que se atribuye a las damas, que adivinan las intendencias de sus cónyuges. El hemisferio izquierdo monopoliza el habla, la racionalidad y la capacidad de síntesis, rige el funcionamiento motor y es que el padre del comportamiento.
Pavlov decía que la humanidad se dividía entre artistas y pensadores. Los hallazgos que comentó revelan que el hemisferio derecho es el generador de la creatividad pictórica y musical. Amigo de la paz deja a su gemelo izquierdo la agresividad y las facultades de dirigir y de ejecutar. Sin embargo en las edades infantiles estas propiedades se pueden transferir. Esto se comprobó en menores de cinco años, que aprendieron a hablar después de estar un año enmudecidos por accidentes que les habían destruido parcialmente el hemisferio izquierdo. El hemisferio derecho había asumido la función parlante lo cual es imposible en adultos en la misma situación
La ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 6 de Diciembre de 1986
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