Los botánicos consideran que durante el crecimiento la planta desarrolla tejidos en espiral, en un movimiento al que llaman nutación (con "n")
Incluso en la madurez de sus existencias
hay personas que conservan la noción infantil, de que la capacidad para moverse
y desplazarse es propia de los animales. Al mismo tiempo consideran que la
quietud es característica de los vegetales. Sin embargo, nadie ignora el don del
fototropismo, mediante el cual, una planta en una habitación oscura se inclina
aunque muy lentamente hacia la luz que le entrara por una ventana. Tampoco
hemos olvidado la lección escolar sobre el geotropismo, cualidad que induce a
las raíces a penetrar en la tierra. La evidencia de que este movimiento no es
causado por la fuerza de la gravedad, está en el hecho de que ella y sus
raicillas se dirigen siempre hacia donde están el agua y los minerales que
necesita.
El tallo por su parte desafía
triunfalmente la adaptación terrestre y se desplaza hacia arriba durante su periodo
de crecimiento. Hay plantas que orientan ese movimiento ascendente de acuerdo a su conveniencia. Este es el caso
de las enredaderas, que para sostenerse forman espirales en torno de los
troncos sólidos. Donde aprenderían las leyes de la física en que se funda esta manera de
superar su fragilidad? La contestación a ésta y muchas interrogantes sobre esa
vida sin sistema nervioso pero con inteligencia, la tendremos cuando develemos
los secretos del mundo infinitesimal de los ácidos nucleicos.
Hay plantas que carecen de la
firmeza de los robles, las ceibas y otros árboles, frente a la acción de los
ventarrones. Ellos están entre las inventoras de la flexibilidad del acero, que
se dobla pero no se rompe. De este modo desarrollaron un sistema de resistir la
agresividad del aire en movimiento. Ustedes saben desde luego, que me refiero a
las especies como la de los bambúes y
las palmeras, cuyas ondulaciones han inspirado a los poetas la imagen de mujeres
bellas. . Los microscopios electrónicos han permitido mirar el burbujeo de los protoplasmas
celulares, que con esa actividad cinética preparan las sustancias para el
crecimiento y la renovación de los tejidos.
Ciertos microorganismos tienen flagelos que usan para nadar, colocados en sus partes traseras como remos automáticosen la popa de una lancha.
Se infiere que la célula primigenia
que lo engendró todo no sabía desplazarse a voluntad, pero en su interior había
ya el movimiento del sancocho cuando está hirviendo. De allí partieron células que
empezaban a evolucionarse, adquiriendo piezas de locomoción acuática. En tan
remoto período estos micro seres carecían de toda identidad y no podría llamárseles
ni vegetales ni animales. Hoy es de todos conocida la virtud natatoria de
muchas bacterias, que aunque están clasificadas en el reino animal, van de un
lugar a otro en solicitud de los nutrientes para subsistir y multiplicarse, en
una actitud semejante a la de quien va al mercado o a una casa de abastos.
Cuando yo era niño me pasaba
horas tratando de captar con mis ojos el imperceptible movimiento del
girasol, que le da la cara al astro rey desde que sale en la mañana hasta que
pone en las tardes. En las plantaciones naturales de hierba que abundan en mi
aldea, solía divertirme, tocando el raquis de las sensitivas o adormideras,
para mirar el inmediato desvanecimiento de los foliolos de sus hojas
compuestas. Existen una especie de malvas cuyas hojas cambian de posición a
medida que el candente disco describe su aparente orbita de Este a Oeste en el
firmamento. Cuando llega el crepúsculo vespertino y desaparece la luz celeste,
esas hojas vuelven a inclinarse a la derecha para aguardar de frente el retorno
del sol.
Hay flores que abren sus pétalos
y los cierran. Las de una planta acuáticas llamada Vallisneria, adoptan una
conducta poco frecuente en el supuesto sexo débil. Las flores femeninas de esa
especie tienen un pedúnculo enrollado en forma de soporte, que al dispararse la
impulsan hacia inmóvil flor masculina con cuyo polen, se fecundarán. Entre los parientes de las algas está la
sorprendente Eugenia, que al acumularse, origina las capas verdes en cuerpo de agua. Este
microorganismo cuando anda solo duerme
en el fondo del agua, pero en las mañanas marcha con la máxima velocidad de sus
flagelos o remos naturales para hacer la fotosíntesis en la superficie del líquido.
Véase pues que es relativa la idea de la inmovilidad de los seres del generoso
reino al que debemos todos los alimentos que ingerimos.
La Ciencia Amena de Aristides Bastidas.
Publicado en el Diario El Nacional el 3 de Abril 2014.
Caracas, Venezuela.
1 comentario:
Me ha encantado la entrada, mi enhorabuena para el autor.
PERO, hay un error que debería correjirse. Cuando habla del movimiento de las bacterias, comenta: "aunque están clasificadas en el reino animal..." y eso no es cierto. No están clasificadas en el reino animal. Pertenecen al dominio Bacteria, son procariotas, estando bien distanciadas de las células eucariotas animales.
Saludos.
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