La Ciencia Amena. Arístides Bastidas.
Un día tal como hoy, 14 de Octubre de 1991
Un día tal como hoy, 14 de Octubre de 1991
La disposición de la pelvis le permitió erguirse a los homínidos y a nosotros, pero no a nuestros primos. (Rep.Pérez)
En 1984 se disiparon definitivamente, las dudas de que en el África estuvo la cuna de la humanidad. Hasta los años 50 los únicos fósiles de hombres primitivos que se habían encontrado, procedían de Europa y Asia. En 1848 se habían rescatado los del hombre de Neandertal en Alemania; en 1890, los del hombre de Java en Indonesia: y en 1927 los del hombre de Pekín en China. Aunque en 1954 se localizaron en Argelia, África, restos similares a los Java y Pekín y aunque en el continente negro vivían gorilas y chimpancés, los simios más evolucionados, hubo paleoantropólogos que sostuvieron que nuestro género había emergido en el Asia. Su planteamiento se apoyaba en los huesos de numerosos esqueletos del Homo Erectus localizados en Java y a la expectación mundial por el pekinés y su capacidad para hacer herramientas y para valerse de fuego.
En 1924 Raymond Dart había hallado los fósiles de una criatura erguida, a la que llamo el Niño Taung, nombre de la aldea africana en la que hiciera el hallazgo. En 1959 los esposos Luis y Mary Leakey extraían de Olduvai, Cañón al norte de Tanganika, los huesos petrificados de un ser que andaba de pie. Se trataba sin lugar a dudas de un homínido. Más tarde se le identificó como el Paranthopus, miembro de los Australopithecus. Ellos no están en línea directa de nuestra genealogía y fueron algo así como nuestros primos. No se sabe si compartió con ellos un antecesor común, el iniciador de nuestro genero, el Homo habilis, cuya presencia en Kenia, hace dos millones y medio de años fue demostrada fehacientemente por Richard Leakey en 1972. Se llamó así porque aunque sus herramientas eran toscas, fue el primer espécimen capaz de fabricarlas. Desde 1960, el África ha brindado sorpresivas aportaciones para el conocimiento de la prehistoria humana. Allí están protegidas por un muro de cristal, las primeras huellas de pie iguales a las de los humanos, que datan de hace 3 millones 750 mil años. Además, de los esqueletos de toda una familia de homínidos, se rescataron el de la famosa Lucy de hace 3 millones de años, y la armazón petrificada de un muchacho de 1.8 metros de alto, que vivió hace un millón 600 mil años. Se trata del más antiguo exponente del Homo Erectus popularmente conocido como Pithecantropus.
Este notable avance de la paleontología se debe a Richard Leakey, hijo de los mencionados esposos, quien se afianzó para lograrlo en el trabajo del investigador africano Kamoya Kimeo. Tomo esta información de la revista “Ciencia al Día” donde la divulgadora Myriam Cupello la dio como una exclusiva para el país. El hecho de que la información paleoantropológica haya sido abundante en el África y pobre en el resto del planeta, confirma categóricamente que allá estuvo el punto de partida de la humanidad. Otro vestigio del Homo erectus, además de los antedichos y los de Argelia, se extrajeron del terreno de Sterkfontein, África del Sur, donde también aparecieron los huesos del hombre de Rhodesia.
Este último estaba entre los pre-sapien y como en el norte se localizaron huesos del hombre de Neanderthal se colige que en el África, fue el único escenario en el que montó completa la trama de la evolución del hombre. Es una especulación la idea de que descendemos de una madre africana que vivió hace doscientos mil años. Los fósiles que ofrecen evidencias incontestables fuera del alcance de la genética, nos dicen que hace mas de dos millones de años, surgían en la tierra de Lumumba los miembros de una pareja cuyos descendientes culminarían con las tres razas humanas del presente. La dispersión de nuestro género tuvo que hacerla el infatigable caminante que fuera el Homo erectus, que también se estableció en Europa como lo demuestran sus restos hallados en Heidelberg, Alemania. Hace 250 mil años desapareció el Homo erectus. Los restos de otros hombres que precedieran a los Neandertales, antes de 100 mil años, mantienen confusos a los expertos en este estudio. El hombre de Swanscombe en Inglaterra, el de Ternifine en Alemania y el de Rhodesia, poseían características del futuro Homo sapien y eran más evolucionados que sus sucesores del Neandertal. Estos a su vez, se extinguieron hace 40 mil años luego de una posible coexistencia con los hombres del Cromagnon, nuestros inmediatos antecesores. Los paleantropólogos siguen excavando en el África donde esperan optimistamente descubrir los intermediarios entre el Homo habilis y Homo erectus; entre éste y los pre-sapiens, entre estos y los hombres de Neanderthal y entre estos y los primeros artistas de pincel que fueran Cro-magnones.
En 1984 se disiparon definitivamente, las dudas de que en el África estuvo la cuna de la humanidad. Hasta los años 50 los únicos fósiles de hombres primitivos que se habían encontrado, procedían de Europa y Asia. En 1848 se habían rescatado los del hombre de Neandertal en Alemania; en 1890, los del hombre de Java en Indonesia: y en 1927 los del hombre de Pekín en China. Aunque en 1954 se localizaron en Argelia, África, restos similares a los Java y Pekín y aunque en el continente negro vivían gorilas y chimpancés, los simios más evolucionados, hubo paleoantropólogos que sostuvieron que nuestro género había emergido en el Asia. Su planteamiento se apoyaba en los huesos de numerosos esqueletos del Homo Erectus localizados en Java y a la expectación mundial por el pekinés y su capacidad para hacer herramientas y para valerse de fuego.
En 1924 Raymond Dart había hallado los fósiles de una criatura erguida, a la que llamo el Niño Taung, nombre de la aldea africana en la que hiciera el hallazgo. En 1959 los esposos Luis y Mary Leakey extraían de Olduvai, Cañón al norte de Tanganika, los huesos petrificados de un ser que andaba de pie. Se trataba sin lugar a dudas de un homínido. Más tarde se le identificó como el Paranthopus, miembro de los Australopithecus. Ellos no están en línea directa de nuestra genealogía y fueron algo así como nuestros primos. No se sabe si compartió con ellos un antecesor común, el iniciador de nuestro genero, el Homo habilis, cuya presencia en Kenia, hace dos millones y medio de años fue demostrada fehacientemente por Richard Leakey en 1972. Se llamó así porque aunque sus herramientas eran toscas, fue el primer espécimen capaz de fabricarlas. Desde 1960, el África ha brindado sorpresivas aportaciones para el conocimiento de la prehistoria humana. Allí están protegidas por un muro de cristal, las primeras huellas de pie iguales a las de los humanos, que datan de hace 3 millones 750 mil años. Además, de los esqueletos de toda una familia de homínidos, se rescataron el de la famosa Lucy de hace 3 millones de años, y la armazón petrificada de un muchacho de 1.8 metros de alto, que vivió hace un millón 600 mil años. Se trata del más antiguo exponente del Homo Erectus popularmente conocido como Pithecantropus.
Este notable avance de la paleontología se debe a Richard Leakey, hijo de los mencionados esposos, quien se afianzó para lograrlo en el trabajo del investigador africano Kamoya Kimeo. Tomo esta información de la revista “Ciencia al Día” donde la divulgadora Myriam Cupello la dio como una exclusiva para el país. El hecho de que la información paleoantropológica haya sido abundante en el África y pobre en el resto del planeta, confirma categóricamente que allá estuvo el punto de partida de la humanidad. Otro vestigio del Homo erectus, además de los antedichos y los de Argelia, se extrajeron del terreno de Sterkfontein, África del Sur, donde también aparecieron los huesos del hombre de Rhodesia.
Este último estaba entre los pre-sapien y como en el norte se localizaron huesos del hombre de Neanderthal se colige que en el África, fue el único escenario en el que montó completa la trama de la evolución del hombre. Es una especulación la idea de que descendemos de una madre africana que vivió hace doscientos mil años. Los fósiles que ofrecen evidencias incontestables fuera del alcance de la genética, nos dicen que hace mas de dos millones de años, surgían en la tierra de Lumumba los miembros de una pareja cuyos descendientes culminarían con las tres razas humanas del presente. La dispersión de nuestro género tuvo que hacerla el infatigable caminante que fuera el Homo erectus, que también se estableció en Europa como lo demuestran sus restos hallados en Heidelberg, Alemania. Hace 250 mil años desapareció el Homo erectus. Los restos de otros hombres que precedieran a los Neandertales, antes de 100 mil años, mantienen confusos a los expertos en este estudio. El hombre de Swanscombe en Inglaterra, el de Ternifine en Alemania y el de Rhodesia, poseían características del futuro Homo sapien y eran más evolucionados que sus sucesores del Neandertal. Estos a su vez, se extinguieron hace 40 mil años luego de una posible coexistencia con los hombres del Cromagnon, nuestros inmediatos antecesores. Los paleantropólogos siguen excavando en el África donde esperan optimistamente descubrir los intermediarios entre el Homo habilis y Homo erectus; entre éste y los pre-sapiens, entre estos y los hombres de Neanderthal y entre estos y los primeros artistas de pincel que fueran Cro-magnones.
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