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octubre 06, 2004

La industria petroquímica es ya sexagenaria en los países del desarrollo:aquí es apenas una recién nacida

La Ciencia Amena. Arístides Bastidas
Un día tal como hoy, 6 de Octubre de de 1983



La Petroquímica de Morón batió todos los récords, porque ha sido la única en el mundo en arrojar pérdidas cuantiosas. Los Europeos consideran que si una petroquímica que pierde en un país petrolero, está el caso de un guarapero que se arruina en medio de un cañaveral (Rep. Sandra)

En 1859, Edwin Drake abría, a fuerza de mandarriazos contra un tubo de hierro en Pennsylvania,el primer pozo petrolero destinado a la explotación. Producía sólo 34 litros por día y no obstante, fue el disparador de una fiebre en pos del petróleo, semejante a la del oro en California en 1849. Eso sucedía a pesar de gran parte de los excedentes del negro-amarillento liquido se perdían, pues sólo se aprovechaba el Kerosene, algunos lubricantes y la gasolina como desmanchador. Casi al mismo tiempo, los rusos hacían lo mismo en la religión de Bakú apenas nacía esta industria, se enfrentó a su primera crisis cuando el Kerosene cayo en desgracia, reemplazando por el gas natural con más ventajas para el alumbrado.

La ingeniosa iniciativa de la tecnología industrial, salió en defensa del mineral como materia prima. La nafta, que era un desecho, empezó a venderse como disolvente limpiador, la pasta que quedaba de la destilación se expandía en ungüentos y pomadas para la piel; la parafina, usada ya en velas y cerillas, se aplico también en el revestimiento de las píldoras, y una firma de la llamada Nueva Inglaterra se hizo celebre porque transformó treinta mil kilos del subproducto en goma de mascar, reemplazando así las importaciones del árbol mejicano del que se obtenía ese absurdo confite que llaman chicle.

En el siglo pasado las boticas de Pitttsburg vendían petróleo como aceite de coca, indicado cntra los callos, eñ cólera, el dolor de muela y la neuralgia.


En los años de 1880 comenzó el desarrollo de los motores de combustión interna, entre los cuales estaba el de los diseños de automóviles primitivos que circulaba por Alemania hacia 1890. El auge de este artefacto le termino de abrir los ojos al mundo, acerca de la importancia de la fuente energética que había en el oro negro. En 1911 no se le obtenía solo en los continentes, sino que se le extraía de pozos abiertos en los lechos marinos. Un año mas tarde la investigación en química entregaba una inapreciable innovación consistía en someter el petróleo a grandes temperaturas en un lapso breve y en calderas de presión. Así las largas cadenas de hidrocarburos se fragmentaban en sus eslabones menores, convirtiéndose en combustibles mas livianos y de mas alto rendimiento.

Este proceso fue denominado craking, que en inglés significa literalmente rompimiento. Tales avances incrementaron la rentabilidad de petróleo, pero éste, después de procesado, seguía dejando sobrantes que según los científicos aplicados debían tener también alguna utilidad. Las investigaciones en las primera guerra mundial se concentraban solo en el empeño de las gasolinas fueran cada vez mas livianas y de mayor octanaje. Así servirían mejor para la maniobrabilidad de los aeropuertos de caza. Al concluir el conflicto iba a ser contestada una pregunta que obsesionada a los industriales.

¿qué hacer para que los desperdicios del petróleo en vez se agravar el costo, multiplicaron todavía mas los dividendos?

La química sabia desde sesenta años atrás como convertir la celulosa de los árboles en el celuloide de los antiguos muñecos, de las bolas de billar y de las primeras cintas cinematográficas. Había dominado el carbón de piedra en tal forma, que le extraía diversos subproductos. Con esta experiencia los creadores de conocimientos se dieron a la tarea de estudiar en sus mas remotas intimidades, las moléculas de los fragmentos gaseosos, líquidos o semisólidos del petróleo a fin de transformarías en productos necesarios para la existencia humana. Así nació la petroquímica hace sesenta años en los países desarrollados aunque en el nuestro es apenas una recién nacida a pesar de que la primera planta se instalo en 1956.

La petroquímica ofrece hoy los materiales para el caucho sintético, los del amóníaco para fertilizar los suelos y los de la industria del plástico cuyo espectro es tan prodigioso que fabrica desde dientes postizos hasta carrocerías de automóviles, desde los bikinis para muchachas bonitas hasta paredes de casas y edificios, desde detergentes hasta el hilo de todas nuestras ropas, desde explosivos hasta las cuerdas de las buenas guitarras. De este aspecto de los plásticos, multiplica hasta por cien los dividendos del petróleo bruto, no sabemos absolutamente nada, a pesar del excelente trabajo que en otros ámbitos de la tecnología petrolera realiza el intervep.

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